sábado, 28 de junio de 2025

Cuando Carlos I fue nombrado Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico

Tal día como hoy, 28 de junio de 1519, el Rey Carlos I de España y V de Alemania, era nombrado Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, tras la muerte de su abuelo Maximiliano I y una larga y feroz lucha, por el título con el Rey francés Francisco I

Carlos I  de España, fue nombrado Emperador, del Sacro Imperio Romano Germánico en 1519. Después de la muerte de su abuelo Maximiliano I, Carlos I fue elegido emperador, por los electores imperiales

El camino del Rey Carlos I de España y V de Alemania, para conseguir el título de Emperador no fue nada fácil, pero las intrigas de sus enemigos; desde los monarcas de Inglaterra y Francia, los Príncipes alemanes e incluso el Papa del momento; nada pudieron hacer contra los 800.000 florines, con los que los ministros del Rey Carlos I sobornaron a los electores, que el 28 de junio de 1519 nombraron Emperador al monarca español, en la ciudad de Frankfurt

Carlos I fue elegido finalmente emperador, sin embargo, la elección debía ir seguida por tres ceremonias diferentes. La primera, la coronación como ‘Rey de los romanos’, tenía que celebrarse en la capilla Palatina de Aquisgrán, la antigua capital imperial en la que al emperador electo,se le imponía la corona de Carlomagno y se le hacía entrega ,de su espada y sus otras insignias imperiales: el anillo, el orbe y el cetro. Una ceremonia que el Rey Carlos I de España y V de Alemania llevo a cabo,el 23 de octubre de 1520.

La segunda coronación" era la de ‘Rey de los borgoñones’ o "Rey de Italia’" coronación que no tenía un lugar establecido. Por su parte, la tercera y última coronación, la de imposición por parte del Papa, de la Corona imperial, estaba previsto que tuviera lugar en Roma tal y como habían hecho, Carlomagno y muchos de sus sucesores, pero pasados varios años de su elección, el Rey Carlos I de España y V de Alemania todavía no había cumplido, dos de las tres coronaciones.

No se trataba de una situación excepcional. La coronación imperial de manos del Papa había caído en desuso, desde hacía tiempo. De hecho, el propio abuelo de Carlos, Maximiliano I, nunca se coronó en Roma, pero a diferencia de sus antepasados, el Rey Carlos I de España y V de Alemania, tenía la gran aspiración de un gran imperio cristiano.

El papa Clemente VII aceptó coronar a Carlos I pero con la condición, de no hacerlo en Roma, donde aún estaba muy reciente el recuerdo del Saco; en su lugar, se eligió la ciudad de Bolonia, que se engalanó para la fiesta tratando de hacerla parecerse lo más posible a Roma, construyendo arcos triunfales, levantando estatuas de emperadores romanos, haciendo que la iglesia de San Petronio, se pareciese a la Basílica de San Pedro construyendo un altar similar al de esta, etc.

La coronación debía ser recordada para siempre y, para darle mayor esplendor, si cabe, Carlos decidió que se celebrase, el día de su trigésimo cumpleaños, el 24 de febrero de 1530, coincidiendo también con el quinto aniversario, de su victoria en la batalla de Pavía.

En realidad, dos días antes, ya fue coronado como Rey de los Borgoñones y Clemente VII le había impuesto la Corona de Hierro de los lombardos, llamada así porque, aunque era de oro, tenía un reborde de hierro, que estaba hecho con uno de los clavos de la crucifixión de Cristo; pero esta coronación se llevó a cabo en “petit comité” para no restar  importancia a la auténtica coronación, como emperador del Sacro Imperio Romano Germánico.

Los territorios heredados, tanto por parte paterna como materna, lo convirtieron en el soberano más poderoso del momento, eso y los grandes éxitos militares, de los ejércitos del Rey Carlos I de España y V de Alemania, éxitos como la batalla de Pavía, enfrentamiento que le valió el dominio, sobre el norte de Italia.

Precisamente, para conmemorar la batalla de Pavía, el Rey Carlos I de España y V de Alemania fue coronado por el Papa Clemente VII, el 22 de febrero de 1530, en la localidad de Bolonia.

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