martes, 2 de agosto de 2016

El mito burlesco del arte

 

Cuando leo las magníficas crónicas de mi buen amigo Pepe Morales, hablando de luz en unos museos y en otros de pintores que alumbran, lo cual es - a la postre - más luz, uno – que por deformación profesional es iconoclasta - no puede evitar glosar – quizás de forma errónea – la otra cara del arte que percibe...

Creo que desde que el hombre fue algo más que medio mono, sintió inclinaciones artísticas. Aunque es cierto que aún hoy no está claro, si los bisontes de Altamira, se hicieron porque el pintor sintió la necesidad artística de plasmarlos, o porque – desde un punto de vista mítico – pensaba que así atraería mejor la caza.

De cualquier forma, y sin perdernos en disquisiciones artístico-religiosas, que  a nada nos conducirían, he conocido a algunos artistas, que tenían mucho más de pillos que de lo otro.

Como ejemplo, recuerdo a un escritor - que conocí en una tertulia literaria - famoso por sus enrevesados ensayos, de los que siempre obtenías al leerlos, la impresión de no haber entendido, lo que - con lenguaje extravagante y exótico - quería decir.

En cambio, era una persona de muy afable trato y un día, tras haber apurado varias jarras de cervezas, le pregunté cual era su pensamiento sobre lo que escribía, y nuestro hombre con el ánimo alegre por la ingesta del alcohol me confesó:

-Verás, yo en realidad, no tengo ninguna línea definida – afirmó con la mayor naturalidad – Lo que pretendo, es hacer mis escritos lo más farragosos y complejos posibles, y luego – continuó - leo las críticas especializadas, y me entero bien de lo que he querido decir…concluyó en tanto apuraba su bebida.

Aunque el personaje del ejemplo no es un artista en sentido convencional, si creo que su forma de hacer responde a como algunos “creadores” de arte – siempre con la eficaz ayuda de la estupidez humana - muchas veces actúan.

Cuando hablas con algunos sobre su creación artística, o indagas el sentido de tal o cual obra, después de mirarte por encima del hombro, como si estuviesen dirigiéndose a un lelo integral, argumenta con el aplomo del que posee la verdad absoluta:

-“Lo que te pasa, es que tú no estás preparado para entender mi obra…”
sin aclararte en cambio nada, sobre la cuestión que le planteas.

Siempre argumentan, que se requiere de una adecuada preparación para poder entender su arte, y estoy de acuerdo, porque un “paisaje de invierno” que se plasma en un lienzo gris con varios trazos negros en el centro, exigen – sin duda – de un profundo conocimiento en la materia, para poder ser apreciados y disfrutados.

Pero la anécdota que - a mi entender- ilustra mejor este mundo de artistas y picaros, fue la que sucedió hace algún tiempo, en la inauguración de una exposición de pintura de última generación y a la que por motivos de una repentina enfermedad, el autor no pudo asistir al montaje, dando comienzo sin su presencia.

El acto de apertura constituyó un éxito rotundo, en gran parte porque los canapés que costeó el patrocinador fueron de una calidad extraordinaria, y los asistentes – al calor de las viandas - alabaron hasta la saciedad la belleza de la obra, la figura del artista, su compromiso y el gran paso que para el arte suponía su pintura.

No obstante, cuando días más tarde –repuesto de su dolencia - el creador visitó la exposición, su semblante se demudó, al ver como estaba colocado un cuadro - joya de su colección – que, por un error incomprensible, lo habían colgado del revés.

La obra, de grandes dimensiones y titulada “La soledad”, estaba hecha mediante una sucesión de bandas de varios colores que cubrían todo el lienzo, destacando un solitario punto negro en el centro.

Sin duda – pensé al saberlo – el cuadro podía haber estado colgado al derecho, del revés o de lado y el efecto en el espectador, hubiese sido exactamente el mismo.

En un moderno tratado de arte leí hace poco su definición, y entonces lo comprendí de golpe. “El arte - decía - es el reflejo de la sociedad existente, en el momento en que se crea…”

Yo no se a ti - amigo lector - pero a mi desde ese momento, me quedó todo  absolutamente claro.

J.M. Hidalgo (De artistas y pillos)
                   

1 comentario:

  1. De la pintura, siempre que no represente nítidamente algo en concreto, que cualquiera sin en entender de pintura pueda decir que es lo que está viendo, yo lo siento, pero que no me vengan diciendo que es que no entiendo de pintura, es que no la reconozco como pintura.
    ¿Quién puede explicar la pintura que pinta un elefante o bien un chimpancé, a que técnica pueda corresponder? Explicar, se dice que todo tiene una explicación, pero hay que saber que explicación se da de cada cosa y a quien se le explique.

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