Tal día como hoy 16 de abril de 1812, durante la Guerra de la Independencia, en Hontoria de Valdearados – Burgos - los guerrilleros de “El cura Merino” derrotan a un batallón del famoso Regimiento del Vístula.
Jerónimo Merino fue un sacerdote y guerrillero español que - humillado y vejado ante sus feligreses por los franceses - se convirtió en guerrillero. Don Jerónimo sólo conocía la guerra por la lectura, pero logró formar un cuerpo eficiente que quitaría el sueño a los franceses.
Había recibido aviso, de que un batallón del Vístula – soldados polacos al servicio de Francia - iba a requisar carne a Peñaranda de Duero e inmediaciones, viendo la posibilidad de vengar la muerte de unos junteros, a los que habían ahorcado días antes, dejándolos colgados para escarmiento.
El encuentro se produjo en el camino de Hontoria de Valdearados, comunicando Merino así la acción:
“Habían salido de la villa de Aranda a continuar sus robos y saqueos. El Coronel Merino - que era él - cae sobre ellos en tan buena disposición, que ni uno siquiera se le fue. Sesenta y nueve murieron en el ataque, sin que por nuestra parte hubiese más desgracias que cinco heridos. Los demás polacos, con sus jefes y oficiales, quedaron prisioneros. Inmediatamente de concluida la acción mandaron los comandantes degollar a 110 de ellos. El resto de prisioneros ha sido conducido hacia las Asturias”.
Así se las gastaba Don Jerónimo...
Tan importantes fueron estos guerrilleros, que se les reconoció como soldados del Ejercito Español, y el propio "Cura Merino" - dos veces Laureado - fue ascendido al terminar la guerra al empleo de Brigadier, nombrado Gobernador Militar de Burgos, y después ascendió a Teniente General, logrando los mayores reconocimientos militares.
Acabada la guerra, volvió a Villoviado y sus ideas absolutistas le valieron ser recompensado por Fernando VII con una canonjía en Valencia, pero durante el Trienio Liberal volvió a la guerrilla, y se enroló durante la Guerra Realista, en las partidas que marchaban apoyando a los “Cien Mil Hijos de San Luis” que acabaría con el gobierno liberal.
A la muerte de Fernando VII, se alistó en el bando absolutista del pretendiente don Carlos y dirigió el alzamiento carlista en Castilla la Vieja, participando en los sitios de Morella y de Bilbao
Derrotado el pretendiente, se opuso al Convenio de Vergara y se exilió en la localidad francesa de Alençon, donde residía junto a algunos familiares y todos los días salía para atender como capellán las misas en un convento de monjas.
Murió en Alençon - Francia - a los 75 años, y sus restos fueron trasladados en 1968 hasta España, siendo inhumados en la Villa de Lerma -Burgos - frente al convento de Santa Clara.
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