viernes, 16 de octubre de 2020

El asesinato del coronel médico Antonio Muñoz a manos de ETA

 

Tal día como hoy 16 de octubre del 2000, la banda terrorista ETA asesina al coronel y médico español Antonio Muñoz.

Antonio Muñoz Cariñanos fue médico otorrinolaringólogo, Coronel del Ejército del Aire y piloto de aviones militares. Director de la Policlínica del Mando Aéreo del Estrecho, Director del área de relaciones con la Sanidad Militar del Colegio Oficial de Médicos de Sevilla.

Asesinado por militantes de la organización terrorista Euskadi Ta Askatasuna (ETA) en su propia consulta. Él mismo sabía que estaba en el punto de mira de los terroristas, a pesar de todo, nunca llevaba escolta. Condecorado en la Guerra del Golfo, estaba pendiente de un ascenso a General tras aprobar el curso realizado.

Nació en Madrid, estudio Medicina en Madrid acabando la carrera con apenas 21 años y se especializó en Otorrinolaringología en la Universidad Complutense de Madrid. Hacía frecuentes viajes a México para dar conferencias y cursos a profesionales de su especialización.

En una visita a Sevilla, se enamoró de la ciudad, desde donde acudía a las clínicas que atendía, por la mañana, la Policlínica del Aire de Tablada y por la tarde su consulta particular en el centro de la ciudad.

Era de carácter extrovertido pero muy riguroso en su profesión, era amigo de cantantes y pintores, entre los que contaban Juan Valdés, Juan Roldán y Rocío Jurado.

Los asesinos, miembros del “Comando Andalucía”, Jon Igor Solana Matarranz de 26 años, activista de ETA con 10 años de “carrera terrorista” y componente de los promotores del Pacto de Estella y Harriet Iragi Gurrutxaga de 23 años, después de conseguir una cita con el médico, accedieron a su debido tiempo a la consulta y sin pensarlo le dispararon varios tiros a bocajarro, dos de los cuales, le alcanzaron y mataron, iban a cara descubierta.

Tras el crimen, los asesinos salieron corriendo por las calles sevillanas, no contaron con que los ciudadanos colaborarían con las fuerzas de seguridad avisándoles de por dónde se les veía en cada momento.

Gracias a este gesto fueron encontrados y en medio de un tiroteo se consiguió capturar a Jon Igor Solana Matarranz que se rindió, Harriet Iragi Gurrutxaga consiguió huir pero no por mucho tiempo, estaba herido en el hombro, tras refugiarse en un piso franco que estaba en una calle cercana y gracias nuevamente a la colaboración ciudadana, se entregó entre lágrimas, y gritando con los brazos en alto “¡No disparéis, no disparéis!”

Estadísticamente es la víctima número 15 después de que la banda declarara el fin de la tregua el 3 de diciembre de 1999. Los asesinos fueron condenados casi dos años después a 53 años de cárcel.


 

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