lunes, 1 de marzo de 2021

La batalla de Toro

 

Tal día como hoy 1 de marzo de 1476, en el transcurso de la Guerra de Sucesión por la corona de Castilla, en la localidad de Zamora , tiene lugar la batalla de Toro, entre las tropas de los Reyes Católicos contra el ejército de Alfonso V de Portugal, partidario de Juana la Beltraneja, con victoria para los primeros, siendo decisiva para la supervivencia de España como país

En la batalla de Toro se decidió el destino de las Españas. Este enfrentamiento puso fin a la guerra de sucesión que durante más de diez años se libraba entre los partidarios de la legitimidad de Isabel, la futura reina Católica, y aquellos que defendían los derechos sucesorios de Juana la Beltraneja, hija incierta de Enrique IV el Impotente.

Ambos bandos congregaban a su alrededor a parte de la nobleza leonesa y castellana, dividida en sus lealtades, así como a altos cargos de la Iglesia católica, señores feudales y caudillos militares por derecho propio. Esta rivalidad cristalizó en una guerra civil y atrajo a las tierras hispanas a las tropas del rey de Portugal, Alfonso V el Africano, a la sazón marido de Juana.

El final de la contienda se dirimió en la llanura de Peleagonzalo, el 1 de marzo de 1476, en una jornada que terminó con la victoria de Isabel y su marido Fernando, príncipe heredero de la Corona de Aragón. La batalla se libró de noche y duró cuatro horas; fue un combate corto pero en extremo sangriento. No fue una batalla grandiosa ni legendaria, pero sí fue fundamental para el futuro de las Coronas de Castilla y Aragón, cuya unión dio como fruto la España que conocemos hasta hoy.

La batalla de Toro puso fin al intento de Alfonso V de Portugal de ser nombrado Rey de Castilla, y dejó vía libre a la consolidación como reina de Isabel la Católica, esposa de Fernando el Católico, rey de Aragón desde 1479. En diciembre de 1474 muere Enrique IV de Castilla e inmediatamente Isabel se autoproclama Reina. La princesa Juana “la Beltraneja” también pretende el trono de Castilla, y recibe el apoyo de algunos pocos pero muy importantes nobles castellanos y de Alfonso V de Portugal.

Alfonso V invade España con su ejército en mayo de 1475, se desposa con Juana y se proclaman reyes de España en Plasencia, subiendo a Arévalo y posteriormente a Toro y Zamora. El enfrentamiento en Toro hace que Alfonso V abandone la lucha por la corona y se vuelva a Portugal. La nobleza castellana rebelde se tiene que someter a Isabel.

El penúltimo movimiento del tablero militar fue el sitio de Zamora en el que el castillo y la ciudad estaban en manos portuguesas. El 4 de diciembre de 1475 se levanta la ciudad contra los portugueses y Fernando ocupa la ciudad y sitia al castillo. El 13 de febrero Alfonso V sale de Toro y rodea a Fernando en Zamora. Alfonso de Aragón llega a Zamora des Burgos y rodea a su vez a Alfonso V.

El 1 de marzo se asiste al último movimiento. Alfonso V abandona el sitio de Zamora y se vuelve a Toro (según los portugueses, para evitar que Fernando acuda allí). Le persigue Fernando y ambos ejércitos se encuentran a la entrada de Toro y combaten.

La decisión de combate la tomó Fernando, aun cuando los portugueses no lo querían. La vanguardia de Fernando alcanzó a la retaguardia de los portugueses, mandada por Juan, príncipe heredero de Portugal y le causó daños, y sobre todo le impidió que pudieran atravesar ordenadamente el pequeño puente sobre el río Duero que da acceso a Toro, obligando a los portugueses a darse la vuelta y ponerse en posición de combate.

El combate se inicia con el ataque del ala izquierda castellana contra el ala derecha portuguesa, siendo rechazados.

El ataque lo continua el ala derecha castellana con el cardenal Mendoza chillándole traidor al arzobispo Carrillo y siendo también rechazados en principio, pero ayudados en un nuevo envite por el duque de Alba consiguen hacer retroceder al ala izquierda portuguesa y con ella al cuerpo central, por lo que Alfonso V atraviesa el río y abandona el combate.

Sea la victoria de las armas de uno o del otro, la partida había terminado con triunfo castellano pues Alfonso V no volvió a plantar batalla y en junio se vuelve definitivamente a Portugal.


 



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