sábado, 1 de mayo de 2021

La historia del Empire State de Nueva York

 

Tal día como hoy 1 de mayo de 1931 fue inaugurado el Empire State Building en Nueva York.

A mediados de 1930 se inauguró el Edificio Chrysler, situado en la Avenida Lexington de Nueva York. En aquel momento era el inmueble más alto del mundo, demostrando con ello el poder de la marca automovilística. En una lucha por hacerse con el primer puesto de la automoción, John Jakob Raskob, fundador de General Motors, encargó al arquitecto William F. Lamb levantar un edificio más grande que el de la competencia.

Así fue como empezó la obra del Empire State Building, el 17 de marzo de 1930. Situado en la intersección de la Quinta Avenida con la Calle 34, el Empire State se levantó en tan solo 410 días. Sería el por aquel entonces presidente de los Estados Unidos, Herbert Hoover, quien inauguró el rascacielos más alto de Nueva York el 1 de mayo de 1931 apretando un interruptor desde la Casa Blanca.

Cuando Hoover encendió las luces, enseñó al mundo la obra arquitectónica más impresionante que se había construido hasta la fecha. 41 millones de dólares fue el presupuesto para que el Empire State se alzase sobre la ciudad de Nueva York. 3.500 obreros fueron necesarios para levantar sus 102 pisos, utilizando para ello 10 millones de ladrillos, 60.000 toneladas de acero y 6.500 ventanas. La torre se alzó rápidamente, a una velocidad de construcción de cuatro plantas y media por semana.

En el momento de su inauguración el edificio medía 381 metros de altura. En 1953 creció un poco más, hasta llegar a los 443,2 metros, ya que se instalaron en la cima la torre de emisión y la antena, que actualmente dan señal de radio y televisión a 7,4 millones de hogares estadounidenses. Con esa reforma, que se mantiene en la actualidad, el Empire State tiene una superficie total de 195.000 metros cuadrados. Para llegar hasta su punto más alto hay que hacerlo, bien recorriendo sus 1.860 peldaños, bien montando en uno de sus 73 ascensores. Alguno de estos son de tipo ultrarrápido y alcanzan una velocidad de hasta 120 kilómetros por hora.

En la actualidad, el edificio pertenece, en su mayoría, a la familia Malkin, a través del fondo de inversión Empire State Realty Trust. En 2011 generó unos ingresos de 156,7 millones de dólares gracias, en parte, al alquiler de sus oficinas (actualmente trabajan unas 9.000 personas allí) y a la gran afluencia de turismo (desde que se inauguró, se estima que ha recibido 110 millones de visitantes). Además, sus propietarios están en trámites para sacar el edificio a bolsa, con lo que estiman recaudar alrededor de 1.000 millones de dólares en títulos.

En 1964 se añadieron focos en la cúpula de la fachada. Recientemente se modificaron por dispositivos LED que permiten iluminarla con diferentes colores. Generalmente, la tonalidad elegida va dedicada a un evento político, deportivo o social determinado. La inclusión de esta tecnología en el edificio formó parte de un programa de remodelación para que el Empire State se convirtiera en un sitio respetuoso con el medio ambiente.

En 2011 recibió el galardón LEED-Gold que entrega la U.S. Building Council. La asociación quiso reconocer el esfuerzo de una adaptación que tuvo un coste de 550 millones de dólares, y que permitirá reducir la emisión de CO2 en 105.000 toneladas en los próximos 15 años. Además, se espera que el retorno de la inversión se materialice antes de 2015 ya que, entre otros muchos beneficios, permitirá ahorrar al edificio 4,4 millones de dólares anuales en el consumo energético.

El Empire State Building es, desde su creación, una de las señas de identidad de Nueva York y de Estados Unidos. Además, actualmente es el edificio más alto de la ciudad, un buen lugar para que los turistas puedan divisar la Gran Manzana.


 

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