domingo, 18 de septiembre de 2022

La historia de la joyería Tiffany

 

Tal día como hoy, 18 de Septiembre, de 1837, Charles Lewis Tiffany y su amigo Teddy Young, abren en Nueva York una pequeña tienda con la ayuda prestada del padre de Young. La tienda de joyas llamada Tiffany & Young, acabaría convirtiéndose en Tiffany and Co., quizás la tienda de joyas más famosa en todo el mundo.

En la década de 1830, los jóvenes Charles Lewis Tiffany y John B.Young, en un Nueva York en plena emergencia, abrían una tienda de artículos de regalo y papelería, con un capital de 1.000 dólares prestados por el padre de Tiffany; y así empezaba su historia.

Los dos emprendedores, dejándose llevar por un mundo más sencillo, siguieron unas pautas de simplicidad, armonía y claridad, con las que consiguieron conquistar a las señoras más elegantes de la Gran Ciudad, que descubrieron en Tiffany & Co. un estilo americano, alejado de la opulencia y los patrones ceremoniales de la época victoriana, que seguían imperando en Europa.

Pasaban las primaveras y los fundadores seguían conquistando a la clientela, cada vez más sofisticada, a golpe de innovación y nombre propio. Hasta 1879, el año que les dio su primer reconocimiento internacional. Tiffany fue galardonada con el primer premio de artesanía de plata en la Feria de París, siendo ésta la primera vez que una casa de diseño americana era premiada por un jurado internacional. Y es que la marca joyera fue pionera en emplear el estándar de la plata esterlina -92 por ciento de pureza-. Una norma que, posteriormente, fue adoptada por el Gobierno de Estados Unidos; gracias, en gran parte, a los esfuerzos de Charles Lewis Tiffany.

El taller de platería de Tiffany & Co. fue también la primera escuela de diseño. Allí, se alentó a los aprendices para observar la naturaleza. De esta manera, en 1870, la compañía se había convertido en el platero principal de los Estados Unidos y proveedor de joyas y relojes. Un hecho que le hizo crecer hasta llegar a los más de mil empleadores y oficinas en Londres, París y Ginebra.

A partir de ese momento, el emporio no ha parado de cosechar multitud de hitos a lo largo de los años. En 1878, Tiffany&Co. se hizo con uno de los diamantes amarillos más grandes del mundo en las minas de diamantes de Kimberley, en Sudáfrica. Una pieza que, bajo la dirección del doctor Frederick Kunz, el gemólogo de la compañía en ese momento, se convirtió en el Tiffany Diamond, un referente del trabajo artesanal de la compañía.

En su afán por innovar y romper los moldes establecidos, la compañía estadounidense lo volvió a hacer con su Tiffany Setting, el anillo de compromiso que se ha convertido en el símbolo más codiciado de amor.

Así, y tras haber introducido importantes piedras preciosas en los Estados Unidos a través de compras de las joyas de la Corona de Francia y España, la empresa del Rey de los diamantes se convirtió en la autoridad mundial de estas joyas, así como la compañía más ambiciosa en cuanto exposiciones y muestras internacionales, también reconocida con diferentes galardones a lo largo de la historia.

En 1902, con la muerte de Charles Lewis Tiffany, Louis Comfort Tiffany, hijo del fundador, se convirtió en el primer director de arte de Tiffany. Un nuevo presidente que ya había conseguido establecerse años antes como líder en el diseño de los Estados Unidos, cuando, en 1882, el presidente Chester Arthur le invitó a redecorar la Casa Blanca.

Ahora, 189 años después de que aquellos dos jóvenes emprendedores abrieran las puertas de un negocio que tenía más sueños que facturación, Tiffany se alza como uno de los emporios de lujo más rentables del planeta. Con más de 300 tiendas en todo el mundo, la empresa, cuenta con unas ventas de más 4.000 millones de dólares, y ha conseguido revalorizarse cada año en el mercado. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario