miércoles, 14 de septiembre de 2016

El Santuario de la Cabeza, otro drama de la guerra civil.

Tal día como hoy 14 de septiembre de 1936, el capitán Santiago Cortés González, toma el mando del santuario de Nuestra Señora de la Cabeza, sitiado por las fuerzas republicanas.

El asedio al Santuario de la Cabeza fue un episodio de la Guerra Civil protagonizado entre tropas republicanas a unos 1.200 hombres entre guardias civiles y personal civil, refugiados durante 9 meses, en el santuario ubicado en  Andújar -Jaén -.

El Golpe de Estado del 18 julio de 1936 fracasó en Jaén y ese mismo día el Gobernador Civil ordenó armar al pueblo, a lo que se negó el jefe de la Guardia Civil, única fuerza militar en la provincia compuesta por 650 hombres, pues temía que hubiera enfrentamientos con los guardias en los diferentes puestos, ordenando la concentración de estos, y solo cuando esta concluyó se dio la orden de armar al pueblo.

Los últimos días de julio, Andújar fue asolada por la violencia, pues los milicianos sacaron de sus casas a terratenientes, sacerdotes y padres trinitarios que fueron fusilados, mientras la situación de los guardias civiles era tensa, ordenándose el traslado de estos y familiares, hasta Andújar, para incorporarse al frente cordobés.

Este traslado empezó con total normalidad, pues los guardias eran considerados afectos a la República, pero el 22 de agosto, se pasaron al bando nacional unos 200 de ellos, ante lo cual  los republicanos sintiéndose engañados, ordenaron que entregasen sus armas, lo cual se realizó solo en parte.

Finalmente el día 14 de septiembre el capitán Cortés, refugiado en el Santuario, asumió el mando y comenzó el asedio, comenzando los bombardeos aéreos y el lanzamiento de proclamas y octavillas a los sitiados, con intentos de negociación aunque sin resultado.

El desconcierto en los primeros momentos de guerra era tal, que mientras guardias desertaron del campamento, entre las filas republicanas se produjeron deserciones con la intención de unirse a los sitiados.

Por su parte, los nacionales sublevados, iniciaron el 9 de octubre el aprovisionamiento del Santuario por aire, sin el cual, no podrían haber resistido tanto tiempo, por lo que el 31 de octubre, el gobierno envió refuerzos, lanzando bombardeos contra al edificio y sus inmediaciones, comenzando la falta de alimentos de los sitiados, que comienzan a pasar hambre.

En diciembre, enero y febrero de 1937, la situación no cambió y a primeros de marzo, el general rebelde Queipo de Llano lanzó una ofensiva para intentar liberarlos, aunque a unos 30 km del Santuario, los avances se ralentizaron y finalmente el 29 de marzo, desiste ante la resistencia de la defensa republicana

Cesado el ataque, la República decide acabar con el asunto, para lo cual trajo tropas de otros frentes y el 1 de mayo, los tanques penetran en las ruinas y detrás la infantería, resultando gravemente herido Cortés en el vientre y media hora después ondea la bandera blanca siendo trasladado Cortés para ser operado, aunque murió el día siguiente convirtiéndose en héroe para al bando nacional.

Los guardias civiles y demás combatientes quedaron presos, hasta el fin de la guerra cuando fueron liberados en marzo del 1939 por el general Aranda, mientras sus familiares y personal civil, eran llevados al Viso del Marqués - Ciudad Real - y el Santuario quedó casi totalmente derruido, siendo reconstruido tras la Guerra Civil.

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