miércoles, 28 de septiembre de 2016

La batalla del plástico

Hoy quiero contarte una historia ya algo antigua, referente a una batalla incruenta ocurrida ya hace unos años, y que perdimos – como siempre – todos nosotros

Aquel día, me disponía a conciliar la reglamentaria siesta de diez minutos ante el televisor, cuando apareció en la caja tonta, con indumento de funeral, que es el que suelen usar nuestros políticos cuando nos la quieren meter doblada, - entiéndase su propaganda - uno de los prebostes del gobierno regional.

Tras una introducción apocalíptica sobre el tema, acabó por decir, que debido a los daños irreversibles para el medio ambiente, estaba en fase de estudio la posibilidad de reducir el consumo de bolsas de plástico, ya que - por su causa- estaba en riesgo la calidad de vida de nuestro planeta y– agregó conciliador – que la medida se hallaba en fase de estudio, para no perjudicar la economía de los ciudadanos.

En nuestro país, cuando los mandamases te dicen que no se va a aumentar el tamaño de los billetes de banco, es indicio inequívoco de que debes empezar a pensar en comprarte una cartera más grande… Por eso, aunque “en fase de estudio”, presté atención a la noticia, que - pese a proceder de un político - me pareció muy positiva.

Aquel fin de semana, mientras realizaba la apasionante tarea de ir de peregrinación por los pasillos de un supermercado, al llegar a la caja, un cartel llamó mi atención: -“A partir de primeros de octubre, no se dispensarán bolsas de plástico en este establecimiento…” y exponía, las mismas razones que dijo en su día el gerifalte al que antes me he referido.

Entonces pregunté a la empleada si facilitarían algún tipo de envase para trasportar los productos, a lo que ella con toda naturalidad me contestó: -Le daremos todas las bolsas que usted quiera, pero tendrá que pagarlas…

Seguramente, mi cara debió quedarse como un cuadro de Picasso en su etapa cubista, por lo que la joven agregó de seguida como justificación…- Es que las nuevas, serán biodegradables…

Como intelectualmente soy de infantería y pertenezco a la generación del ábaco, no quise polemizar con la informátizada empleada y me pregunté a mi mismo, que como es que no estaban ya hace tiempo dispensando tales bolsas, tan respetuosas con el medio ambiente, en vez de las indestructibles que nos daban.

Confié en que las nuevas bolsas llegasen enteras al menos hasta casa y desaparecieran solo después de haber cumplido con su misión. Aunque si esto no sucedía, mucho mejor, porque así nos podrían vender otras...

Ya sé que sabes - amigo lector - lo que finalmente ocurrió el día uno de octubre de aquel año... aunque creo tener claro y sé que tú también, que aquella batalla a la larga la ganó el planeta y de rechazo todos nosotros, y paradojicamente, a la corta, la volvimos a perder los de siempre…

J.M. Hidalgo (Reflexiones ante una bolsa de plástico)

   

No hay comentarios:

Publicar un comentario