El Wilhelm Gustloff fue un transatlántico de línea alemán que en la Segunda Guerra Mundial sirvió como buque nodriza de submarinos, buque hospital, y transporte de evacuación hacia el final de la contienda.
Con el avance de las fuerzas soviéticas hacia territorio alemán, la situación para Alemania se tornó dramática por los miles de refugiados alemanes que escapaban ante las atrocidades de la guerra y el embate soviético.
En enero de 1945, en medio de un invierno con temperaturas de -20°C, la situación de Alemania se deterioraba por momentos y unos 75 000 refugiados civiles y militares alemanes convergían en los puertos de Dánzig y Pillau buscando escapar del horror.
El buque Gustloff estaba desde el 21 de enero en Danzig evacuando a militares y civiles. La cantidad de personas embarcadas oficialmente era de 8.956 pero estas ya superaban las 10.580 y el hacinamiento era insoportable, muchos fugitivos estaban a la intemperie en las cubiertas expuestos a la hipotermia.
A las 12 horas del 30 de enero de 1945, recibieron la orden de zarpar, el barco atestado se separó del atracadero y navegaba en aguas sometidas a un viento borrascoso y gélido. En el interior reinaba una atmósfera de solidaridad entre tripulantes y refugiados quienes estaban esperanzados en el término de sus penurias como fugitivos.
El buque con las luces encendidas, fue detectado por el submarino soviético S-13, al mando de Aleksandr Marinesko y este ordenó de inmediato cargar los torpedos mientras se colocaba en posición de ataque.
A las 21:08 horas, tres torpedos hicieron impacto en el Wilhelm Gustloff, que se inclinó inmediatamente en medio del caos interior y la oscuridad, mientras miles de fugitivos saltaban a las heladas aguas y otros miles luchaban por salir del navío incluso por los ojos de buey.
El pánico cundió, produciendo atascos e impidió una evacuación ordenada y el correcto uso de los botes salvavidas. El Wilhelm Gustloff tardó 44 minutos en irse al fondo del mar.
Acudieron inmediatamente al lugar varios buques que en total rescataron 1239 personas; pero perecieron unas 9343 ya fuera por ahogarse en el interior del navío o por hipotermia.
Aleksandr Marinesko, comandante del submarino soviético, alegó que el buque alemán no llevaba la apariencia de un buque hospital A pesar de esto el Alto Mando de la Unión Soviética se negó a reconocerlo como merecedor al título de Héroe de la Unión Soviética calificándolo no compatible con el perfil de héroe.
El hundimiento del Wilhelm Gustloff es hoy considerado como la mayor tragedia marítima de la historia.
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