Tal día como hoy, 12 de diciembre de 1648: El marqués de Ayamonte, es ejecutado en el Alcázar de Segovia, por su participación en la conspiración, secesionista de Andalucía.
La "Conjura de Andalucía" hace referencia a una conspiración nobiliaria, liderada en 1641 por el IX duque de Medina Sidonia y el V marqués de Ayamonte, contra Felipe IV de España, en el contexto de la crisis de 1640.
La conjura buscaba, la separación de Andalucía de la Corona, aprovechando el descontento popular y el simultáneo, levantamiento de Portugal, aunque el plan fue abortado, tras ser descubierto
Francisco Antonio de Guzmán y Zúñiga, IV marqués de Ayamonte, era miembro de una de las ramas, de la poderosa familia de los Guzmanes, aunque su señorío, cuya principal población era la villa, que daba nombre al título, tenia limitados recursos.
Este hecho, marcaba un profundo contraste, con los medios de otras ramas más opulentas de la familia, como era el caso de sus parientes los duques de Medina Sidonia, o del propio conde duque de Olivares, a quien Felipe IV, había encomendado regir los destinos, de la monarquía hispánica.
El IV marqués de Ayamonte, ejercía diferentes cargos en la corte madrileña, donde se encontraba bien relacionado. En cierta ocasión, rompió cañas (1) con el propio rey a quien, llega a alcanzar en el pecho, suceso humillante para un monarca tan galán, como era Felipe IV. El marqués decidió en aquella ocasión, poner tierra de por medio y retirarse, a su villa de Ayamonte.
Es famosa su prodigalidad, hasta el punto de llevar al borde de la bancarrota, la hacienda de su marquesado, que desde 1636 era administrado por el Consejo de Castilla. El alto organismo de gobierno, solamente dejaba a Francisco, los recursos necesarios para el mantenimiento estricto, de su casa.
En 1637 participa, junto a su primo el duque de Medina-sidonia, en las operaciones militares, que se llevan a cabo en el Algarve portugués,para abortar un movimiento de rebelión, que había prendido en aquellas tierras, contra el dominio castellano en Portugal y que es considerado, por muchos historiadores, como el antecedente más importante a la rebelión de 1640, que conduce a la independencia de aquel reino.
En la conjura, urdida por don Alonso Pérez de Guzmán, IX duque de Medina-Sidonia, para sublevar Andalucía, Francisco Antonio desempeña un papel importante, aunque los testimonios conservados, presentan perfiles muy diferentes, para valorar su actuación en aquel episodio.
Para unos, es el colaborador más importante del duque, en su pretensión de convertirse en rey de Andalucía, mientras que para otros, era partidario de sublevar Andalucía, pero con la finalidad, de establecer en ella, una forma de gobierno republicana. A pesar de que exiten sospechas, sobre su participación en aquella conjura, lo cierto es que aparece, como uno de los principales implicados.
Cuando los agentes, del conde-duque de Olivares descubrieron la trama, al marqués se le ordena acudir a la corte, para que diese cuenta de sus actos y respondiese a las acusaciones, que pesaban sobre su persona.
En su camino hacia Madrid fue detenido, al llegar a la población toledana de Illescas, donde se le somete a un interrogatorio, a resultas del cual confiesa su culpabilidad, pero señalando que el mayor responsable, era Medina Sidonia a quien advierte, según la propia confesión del marqués, de que no le permitiría proclamarse, rey de Andalucía y que sólo le apoyaría, en la creación de una república andaluza.
Sometido a juicio, que estuvo acompañado de un largo peregrinar, por numerosas prisiones, fue condenado a muerte y a que le fueran confiscados todos sus bienes. Sin embargo, una Junta creada al efecto, recomendó a Felipe IV que le conmutase la pena capital por la de cadena perpetua, además de que se aplicase la confiscación de bienes decretada. El monarca, se conformó y aceptó este dictamen.
No obstante, el marqués tendría un trágico final, ya que en 1648, al descubrirse una nueva conspiración del duque de Híjar, en tierras de Aragón, el monarca decidió que no podía aplicarse clemencia, a quienes eran traidores convictos, como era el caso de Ayamonte.
El desgraciado marqués, sin valedores que intercediesen por su persona, después de haber recibido la clemencia regia, fue decapitado en el alcázar de Segovia, donde se encontraba prisionero, el 12 de diciembre de 1648
Ayamonte sería ejecutado (después de pasar siete años encarcelado en el Alcázar de Segovia como una "medida ejemplarizante"
(1) El Sentido del Juego de Cañas: En la Edad Media, "romper cañas" se refería a un deporte de entrenamiento militar popular en la Península Ibérica, de origen morisco, donde caballeros a caballo lanzaban cañas (lanzas ligeras) unos a otros, simulando batallas, para practicar puntería y valentía, y que servía de diversión y espectáculo cortesano, con el objetivo de "hacer una caña" (derribar o marcar al oponente).













