Tal día como hoy 29 de abril del 1587, Francis Drake ataca Cádiz, destruyendo la flota española amarrada en la bahía.
En el contexto de la guerra anglo-española de 1585-1604, el corsario inglés Francis Drake dirigió una expedición contra las fuerzas navales que España estaba preparando para invadir Inglaterra.
Sin previa declaración de guerra por parte inglesa, la flota de Drake atacó la armada española anclada en Cádiz destruyendo gran parte de ella, desembarcó en el Algarve saqueando varias fortalezas y bordeó la costa portuguesa hasta Lisboa, donde amenazó la flota de Álvaro de Bazán.
El creciente poder del Imperio español, que en 1580 había anexionado el Imperio portugués, estaba en constante expansión en América y era considerado por Inglaterra una amenaza para su seguridad.
En 1585 la tensión existente entre ambos países desembocó en la guerra anglo-española en la que Felipe II ordenó armar una gran flota; la Gran Armada, que se estaba formando en los puertos españoles de Cádiz y Lisboa con el objetivo de invadir Inglaterra.
Isabel I encargó a sir Francis Drake, el mando de una flota que tendría la misión de inspeccionar los preparativos militares españoles, interceptar sus suministros, atacar la flota y si fuera posible los puertos españoles.
A tal fin la reina puso a disposición de Drake cuatro barcos de la Royal Navy y otros veinte barcos más, buques mercantes y pinazas armados, se unieron a éstos en la expedición, cuyos gastos fueron costeados por comerciantes de Londres, que participarían de los beneficios en la misma proporción en que hubieran hecho aportaciones.
El 12 de abril de 1587 la flota inglesa zarpó de Plymouth y a la altura de Galicia fueron dispersados por una tormenta y tras reagruparla, encontraron dos naves holandesas que les informaron de que en Cádiz se estaba preparando una gran flota española de guerra.
El 29 de abril la flota inglesa entró en la bahía de Cádiz y tras el avistamiento, otras veinte naves francesas y otras embarcaciones pequeñas buscaron refugio en Puerto Real y Puerto de Santa María.
Durante la noche del 29 y todo el día y la noche siguientes prosiguieron los combates en la bahía, y al amanecer del 1 de mayo los ingleses se retiraron, habiendo destruido entre 23 y 33 naves españolas, además de haber capturado otras cuatro llenas de provisiones.
Tras salir de Cádiz la flota de Drake se dirigió por la costa suroeste de España y Portugal, destruyendo todas las naves que encontraron a su paso, incluidos los barcos pesqueros. De allí se dirigió hacia Lisboa, donde Álvaro de Bazán estaba supervisando la preparación de la flota que debería unirse a la de Cádiz para la invasión de Inglaterra.
Tanto Drake como Bazán rehusaron entrar en combate, limitándose a un intercambio de fuego de artillería entre la flota inglesa y las fuerzas hispano-portuguesas en tierra, que no produjo bajas.
La expedición de Francis Drake puede considerase relativamente exitosa ya que las pérdidas causadas entre la flota española por el ataque inglés provocaron que los planes de invasión de Inglaterra hubieran de ser pospuestos más de un año.
No sería hasta agosto de 1588 cuando la Gran Armada estuviera lista para partir hacia las islas británicas.
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