Tal día como hoy 5 de abril del 1951, en Estados Unidos, Ethel y Julius Rosenberg son condenados a la pena de muerte por realizar espionajes a favor de la Unión Soviética, siendo la primera ejecución por espionaje de civiles en la historia de Estados Unidos.
De familia judía, Julius Rosenberg era ingeniero eléctrico, mientras su esposa Ethel era aspirante a actriz y cantante y ambos militaban en las juventudes del Partido Comunista de los Estados Unidos.
La ejecución de este matrimonio fue ocasionado por las filtraciones de secretos nucleares acontecidas en el centro de investigación nuclear de Los Álamos y en la Universidad de Berkeley, donde existía un importante sector simpatizante de la izquierda, especialmente entre los científicos.
Un antiguo maquinista del centro secreto de Los Álamos, David Greenglass, hermano de Ethel, confesó haber pasado secretos a los rusos y acusó a su hermana y al esposo de ésta, confesión que condujo hacia el matrimonio Rosenberg, que fue detenido, acusado y juzgado por espionaje.
Aún hoy, se considera que el juicio distó mucho de haber sido justo, pero ciertas o no las acusaciones, ambos fueron ejecutados en virtud de la Ley de Espionaje de 1917, que establecía pena de muerte para este tipo de delitos en tiempo de guerra.
Aunque Estados Unidos no estaba en guerra con la Unión Soviética, en esa época se vivía la Guerra de Corea, un conflicto entre Corea del Norte y Corea del Sur, que a la vez era una guerra no oficial entre Estados Unidos y la Unión Soviética, en el contexto de la Guerra Fría.
Por ello, en el juicio, se acusó al matrimonio Rosenberg de haber revelado los secretos de la bomba atómica a los soviéticos que indirectamente, les hizo responsables de las numerosas bajas estadounidenses durante la Guerra de Corea.
Ambos fueron finalmente ejecutados en la silla eléctrica el 19 de junio de 1953, y, de acuerdo con las crónicas del caso, aunque Julius murió a la primera descarga, su esposa Ethel, a pesar de ser una mujer más pequeña y supuestamente frágil, resistió hasta tres descargas eléctricas antes de fallecer.
En 1966, David Greenglass, hermano de Ethel, quien pasó solo 10 años en prisión por su confesión y colaboración, manifestó haber acusado falsamente a su hermana y cuñado bajo las amenazas del FBI.
No obstante, en las memorias de Nikita Khrushchev, el ex primer ministro soviético, alaba al matrimonio Rosenberg por su "muy significativa ayuda en acelerar la producción de nuestra bomba atómica".
En 1995, después de finalizada la Guerra Fría, diversas investigaciones del FBI y los servicios de inteligencia norteamericanos, parecen haber encontrado evidencias de que Julius Rosenberg trabajaba para los servicios de espionaje soviéticos, pero no su esposa Ethel.
Este hecho evidenció que en el país se perseguía a todos aquellos que tenían indicios de simpatizar con la izquierda y el comunismo, argumentando la defensa nacional y la lucha contra el espionaje, llegando a poner en entredicho la libertad de pensamiento.
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