Tal día como hoy 28 de abril del 1789, se produce el motín del "HMAV Bounty", buque de la armada británica, cuando Fletcher Christian y 11 hombres más se rebelan contra el capitán Bligh y el resto de la tripulación.
Los motivos del amotinamiento fueron el querer quedarse en Tahití, donde habían pasado 5 meses esperando recoger la mercancía con la que tenían que llenar sus bodegas, y en donde las mujeres y el estilo de vida placentero les atraía, lo que les hizo olvidarse de su condición de marineros.
El Bounty había salido de Gran Bretaña en 1787 para transportar árboles del pan desde Tahití hasta las Indias Occidentales, pero la disciplina se deterioró tras cinco meses de descanso en Tahití, periodo en el que muchos marineros vivieron en tierra y entablaron relaciones con mujeres nativas.
La relación de Bligh con su tripulación fue empeorando a medida que imponía castigos cada vez más severos y aumentaba sus abusos, teniendo a Christian como blanco frecuente, hasta que este terminó por organizar un motín contra el capitán semanas después de que el navío hubiera dejado Tahití.
Una vez en el camino de regreso a Inglaterra, los amotinados embarcan al
capitán, junto con 18 marineros leales, en un bote, provisto de una
vela, un sextante y un reloj y los otros 13 marineros leales al capitán
tendrán que permanecer a bordo del "Bounty" por falta de espacio en el
bote.
Bligh logró regresar a Gran Bretaña en abril de 1790 y el Almirantazgo británico envió al buque "Pandora" para detener a los amotinados, siendo catorce de ellos capturados y buscaron, sin éxito, a Christian y al resto de los hombres que se habían escondido en las islas Pitcairn.
El "Pandora" encalló en el camino de vuelta perdiendo cuatro prisioneros, mientras los diez restantes llegaron a Gran Bretaña en 1792 y fueron juzgados en consejo de guerra; cuatro fueron absueltos, tres indultados y tres ahorcados.
El grupo de Christian permaneció sin ser descubierto hasta 1808, fecha en que solo uno de los amotinados seguía vivo pues casi todos los demás, incluido Christian, se habían matado entre ellos o habían muerto a manos de los polinesios.
Los descendientes de los amotinados viven hasta hoy en las islas Pitcairn y lo que acabó calando popularmente fue que Bligh era un tirano y Christian una víctima trágica de las circunstancias, percepción registrada en varias películas sobre los hechos.
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