La creación de la Infantería de Marina Española, la más antigua del mundo

Tal día como hoy, el 27 de febrero de 1537, el Rey Carlos I de España y V de Alemania, creaba la infantería de marina más antigua del mundo, la Infantería de Marina Española.

La Infantería de Marina Española, tiene su origen en los Tercios españoles, unidades de infantería, que se embarcaban en los navíos, para campañas temporales o combates específicos.

Los soldados que iban a bordo de las embarcaciones españolas, no tenían una dedicación exclusiva, a la guerra naval. La cosa cambia tal día como hoy de 1537, cuando el Rey Carlos I de España y V de Alemania, crea la Infantería de Marina Española, la más antigua del mundo.

Lo hace, asignando de forma permanente, a las escuadras de galeras del Mediterráneo, la compañías viejas del mar de Nápoles. No obstante, fue el Rey Felipe II, quien creó el concepto actual, de la Infantería de Marina Española.

Tras la desaparición de la escuadra de galeras del Mediterráneo, en el año 1748, se procedió a la modernización de las tropas de marina, cambiando la denominación de las compañías existentes, que dejaban de ser conocidas, por el nombre del capitán que las mandaba y pasaban a ser nombradas, por un sistema ordinal tal y como habían instaurado, otras potencias europeas de la época. 

De esta forma, quedaron constituidos un total de ocho batallones, compuestos de seis compañías cada uno.

En 1793, una mujer, Ana María de Soto, haciéndose pasar por varón, con el nombre de Antonio María de Soto, se alista en la 6.ª compañía del 11.º Batallón de Marina, siendo licenciada con pensión y honores en 1798, al descubrirse que era mujer. Es la primera mujer Infante de Marina del mundo.

En 1808 estalla la Guerra de la Independencia Española, la Infantería de Marina baja de los buques inmovilizados y sus Batallones de Marina, se incorporan en forma de regimientos de infantería, en los combates de las unidades del ejército.

Durante la guerra civil española, el oficial de Infantería de Marina Ambrosio Ristori de la Cuadra, fue condecorado con la Placa Laureada de Madrid, a título póstumo.