Tal día como hoy, 2 de julio de 1522, fallecía en la localidad de Alcalá de Henares el humanista y gramático español Antonio de Nebrija, autor de la ‘Gramática castellana’, la primera gramática de una lengua vulgar.
Nacido en el municipio sevillano de Lebrija, en el seno de una familia acaudalada, pasó su infancia en su tierra natal, Lebrija, a la que dedicó multitud de elogios en referencia al origen romano de ésta, llamada por entonces Nabrissa Veneria y en la que se basó para fraguar su nombre y apellido con la estructura del nomen romano: Aelius Antonius Nebrissensis. Allí realizó sus primeros estudios, sobre gramática latina y lógica, dando comienzo a su andadura académica e intelectual.
Movido por su anhelo de conocimiento, acudió a la Universidad de Salamanca, con el fin de estudiar teología como bachiller, que culminó tendiendo hacia una rama más humanística, tras su paso por el Colegio de los Españoles en Italia, donde también profundizó en sus conocimientos sobre las Sagradas Escrituras, sobre la lengua latina y donde se acercó por primera vez, a la lengua hebrea. De Italia volvió con la idea de “restituir los valores del latín” y de renovar, los principios intelectuales de su entorno.
En 1470, Antonio Nebrija regresó a España y se instaló en Sevilla, para entrar al servicio del arzobispo Alonso de Fonseca. Posteriormente, ejerció como profesor de gramática y retórica, en las universidades de Salamanca y Alcalá de Henares.
A su regreso a España, se convirtió en el preceptor de Juan Rodríguez de Fonseca, sobrino de Alonso de Fonseca. Sin embargo, tras su muerte, comenzó a dar lecciones de Poesía, en la Universidad de Salamanca sobre 1475 y, un año más tarde, opositó a la Cátedra de Gramática, que obtuvo gracias a sus propios méritos.
Nebrija entró en la Universidad de Salamanca, como un soplo de aire fresco, pues su método pedagógico, se consideraba moderno e innovador, dentro de los anclajes arcaicos y tradicionales, del mundo académico en Castilla.
Tras contraer matrimonio en 1487 con Isabel de Montesinos o de Solís, con la que tuvo nueve hijos, se unió a la corte de don Juan de Zúñiga, maestre de la Orden de Alcántara. Durante esta etapa Nebrija engrosó su producción gramática y literaria.
Asimismo, debido a su amistad con fray Hernando de Talavera, Nebrija tomó contacto con la Corte de los Reyes Católicos, cuyo acercamiento le brindaría el privilegio de ser nombrado cronista real en 1509.
Gracias a esta cercanía, también pudo presentar su proyecto de La Gramática sobre la Lengua Castellana a la reina Isabel la Católica, que contó con su conocido beneplácito. Tras la muerte de Zúñiga, regresó a la ya modernizada Universidad de Salamanca, a ocupar la cátedra de Gramática.
Sin embargo, tras algunas ausencias del cargo y otras ocupaciones, Nebrija abandonó Salamanca, para acudir a la llamada del Cardenal Cisneros, que se encontraba formando una Universidad en Alcalá de Henares, además de un equipo de sabios, con el fin de realizar estudios en torno a la Biblia, llamado la Biblia Políglota Complutense.
Nebrija era el erudito perfecto, para adentrarse en este proyecto dado su interés por el estudio gramatical de las Sagradas Escrituras y por su conocimiento de la lengua hebrea, que en el pasado, le costó alguna acusación de la Inquisición.
También fue muy importante, su contacto con el mundo editorial, pues Nebrija, gracias a su alianza con el impresor Arnao Guillén de Brocar, estuvo presente en los procesos de impresión y edición de sus obras, además de haber sido pionero, en obtener los derechos intelectuales de sus obras.
A su muerte en Alcalá de Henares en 1522, donde fue profesor en la Universidad, dejó un amplio legado de obras, tanto en latín como en castellano que reflejaron su interés por diferentes disciplinas, como pueden ser la medicina, la arqueología, la poesía, la Biblia, la gramática, la lengua, entre otras muchas.
Algunas de ellas son el ‘Vocabularium’, que comprende dos volúmenes de diccionarios hispano-latinos, superiores a todo lo que existía en su tiempo en esta materia y la primera gramática impresa, de una lengua vulgar, la ‘Gramática de la lengua castellana’, obra publicada en 1492 y que fue dedicada a la Reina Isabel la Católica.
También escribió, las ‘Reglas de la ortografía castellana’ en 1512, antes de que el cardenal Cisneros le encargase en 1502 la revisión de los textos griegos y latinos, de la ‘Biblia Políglota Complutense’.
Antonio de Nebrija compuso además obras de teología, derecho, arqueología, pedagogía, historia y retórica, entre otras. Falleció tal día como hoy de 1522, en la localidad de Alcalá de Henares.
No hay comentarios:
Publicar un comentario