Tal
día como hoy 5 de junio de 1625, durante la guerra de Flandes, la
ciudad de Breda se rinde a los tercios españoles, al mando del
general Ambrosio Espínola.
Lo que inmortalizó la
rendición de Breda, fue el cuadro pintado por Diego Velázquez,
llamado así y conocido también como “Las lanzas”, pintado entre
1634 y 1635 que se conserva en el Museo del Prado de Madrid.
Para entender desde el
punto de vista histórico esta obra, hay que analizar antes lo que
estaba sucediendo en los Países Bajos desde finales del siglo XVI,
inmersos en la guerra de los ochenta años o guerra de Flandes, para
independizarse de España.
En 1590, la ciudad de
Breda fue tomada por los holandeses, pero debido a la “tregua de
los doce años” la guerra se detuvo entre 1609 y 1621, pero
cuando Felipe IV subió al trono español en 1621, la tregua expiró
y las hostilidades comenzaron de nuevo.
La intención de Felipe
IV era recuperar la plaza y para ello nombró jefe de la expedición
al estratega y aristócrata genovés Ambrosio de Spinola, al que puso
al frente 40.000 hombres, auxiliado por otros generales.
El cerco y sitio a la
ciudad fue una lección de estrategia, hasta el punto, que militares
de otras naciones acudieron allí, para conocer y observar la táctica
de Spinola.
Las crónicas de la época cuentan que
la defensa de Breda fue heroica, pero al final tuvo que rendirse y
levantar bandera blanca, aunque sería una capitulación honrosa que
los españoles reconocieron por la valentía de los sitiados, y por
ello se permitió que la guarnición saliera en orden militar y sus
banderas al frente, siendo tratados con dignidad.
El general español
Spinola esperó fuera de las fortificaciones al general holandés y
su rendición fue un acto de cortesía, siendo este el momento
histórico que eligió Velázquez para pintar su cuadro.
Se hizo para decorar el
Palacio del Buen Retiro, erigido por orden de Felipe IV al estilo de
las existentes en Roma, formado por diversos pabellones entre amplios
jardines, siendo el actual Parque del Retiro parte de aquellos
terrenos.
A fin de impresionar, con
imágenes del poder bélico y económico español, el Conde-duque de
Olivares decidió decorarlo con imágenes de los éxitos militares de
España, ideada para ocultar que, en realidad, la nación empezaba a
menguar como potencia mundial.
El tema del cuadro, representa a los dos protagonistas en el centro de la escena y, parecen dialogar como amigos más que como enemigos, lo que significa una ruptura con la tradicional representación militar sobre una derrota.
Detalles como la gran
cantidad de lanzas españolas, en comparación con las de los Países
Bajos y la acogida de los vencidos por parte de España, fueron
introducidos a petición de Olivares para demostrar la fuerza y a la
vez la nobleza española, pues Olivares era conocido por su
arrogancia, prepotencia y enorme ego personal.
Cuando se colocó allí, Velázquez aún no lo había firmado y aunque había preparado un pequeño rincón abajo del cuadro para poner la fecha y su firma, nunca lo hizo.
El cuadro de “Las Lanzas o la Rendición de Breda”, no tiene firma
.
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