Tal día como hoy 12 de junio de 1295, el rey Jaime II de Aragón es nombrado por el papa Bonifacio VIII rey de Cerdeña y Córcega.
Jaime II “el Justo” fue rey de Aragón, de Valencia y conde de Barcelona, uno de los más dinámicos y activos monarcas de la corona de Aragón, ostentando los títulos honoríficos de “Portaestandarte, Almirante y Capitán General de la Santa Iglesia Católica”.
Segundo hijo de Pedro III de Aragón, heredó el reino de Sicilia, para lo cual debió derrotar al pretendiente francés Carlos de Anjou, usando fuerzas navales al mando del almirante italiano, Roger de Lauria, conquistando también parte de Calabria y las islas del golfo de Nápoles.
En 1291, al morir su hermano mayor sin descendencia, recibió también la Corona de Aragón, aliándose con el rey de Castilla Sancho IV, por matrimonio con la hija de éste, aunque la unión fue solo civil pues el Papa la anuló por consanguinidad de los prometidos, de modo que, a la muerte de Sancho IV de Castilla, esto quedó definitivamente anulado.
Al iniciar la conquista del Reino de Murcia en 1298, empezaron las disputas con Castilla, y Jaime tomaría Alhama de Murcia, Cartagena y Lorca el 1300, hasta que firmada la paz con los castellano, por la “Sentencia Arbitral de Torrellas” en 1304, devolvió la mayor parte de lo conquistado, excepción de la franja al norte del río Segura.
Como Sicilia seguía siendo reclamada por el Papa y los Anjou, Jaime se avino a cedérsela al papa a cambio de los derechos sobre Córcega y Cerdeña, pero su hermano menor Fadrique, nombrado gobernador, se negó a abandonarla, resistiendo la campaña militar para arrebatársela aunque finalmente fue derrotado en 1299.
Terminada aquella contienda, Jaime conquistó Córcega y Cerdeña entre 1323 y1325, que quedaron así incorporadas a la Corona de Aragón.
Esta política de expansión por el Mediterráneo se completó con un acuerdo con Castilla para repartirse zonas de influencia en el norte de África, al mismo tiempo que, temiendo el peligro que suponía en tiempo de paz la presencia de las compañías militares conocidas como los “Almogávares”, organizó una expedición a Oriente, bajo el mando de Roger de Flor, en 1302 al solo objeto de mantenerlos lejos.
Jaime II dio su apoyo a las propuestas sobre la recuperación de Tierra Santa y organizó la “Cruzada de Almería” en 1309, que el mismo dirigió y se saldó con un rotundo fracaso.
Por otros varios motivos fue un gran rey; consolidando en 1319, la Corona de Aragón con la union de los reinos de Aragón y Valencia y el condado de Barcelona; recuperando el Valle de Arán; y avanzando la frontera a costa de Murcia, creando la orden militar de Montesa con el fin de luchar contra los musulmanes y fundando la Universidad de Lérida y en 1325.
La figura de Jaime II -hombre culto y respetuoso con las leyes del reino- ha atraído la atención de numerosos historiadores, de manera que la historiografía sobre su persona, es una de las más abundantes de cuantas se han dedicado a los monarcas aragoneses.
En diciembre de 1835, durante la Primera Guerra Carlista, se alojaron tropas en el Monasterio de Santes Creus, causando numerosos destrozos y profanando las tumbas reales de Jaime II y su esposa, quemando sus restos.
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