jueves, 11 de junio de 2015

El cawboy más famoso del oeste americano

Tal día como hoy 11 de junio de 1979, fallece Marion Robert Morrison más conocido como John Wayne.

Wayne fue un actor estadounidense, apodado “El duke”, que comenzó su carrera en los años veinte, simbolizando siempre el mito de lo masculino y constituyéndose, durante años, en icono primero norteamericano y más tarde mundial. 

Todo empezó cuando Duke, tras romperse la clavícula, se vio obligado a abandonar los estudios y la precaria situación económica de su familia le llevó a buscar un trabajo en la Fox, de verano de “tercer ayudante de atrezo” y casi por casualidad, desembarcaba en el cine quien se convertiría en una de las estrellas más fulgurantes del cine contemporáneo.

Aunque su carrera comenzó en el cine mudo, su éxito llegó entre los años 1940 al 1970, en que se asoció su imagen al género del Western y películas bélicas, donde siempre encarnó los valores norteamericanos y aunque trabajó en muchos otros géneros, su papel pasó más desapercibido pese a protagonizar películas tan emblemáticas como “El hombre tranquilo” de John Ford en 1952.

En 1969, tras 19 años en la lista de los actores más rentables, había proporcionado a los estudios más de 400 millones de dólares, siendo  “el vaquero más famoso al otro lado del Missisipi” y es hasta la fecha, el actor más taquillero de la historia del cine, siendo premiado ese mismo año, con su único Óscar, por su interpretación en “Valor de Ley” donde Wayne encarna a la perfección a aquel mítico sherif tuerto, mascador de tabaco, bebedor y de extraordinaria puntería

Ese único Óscar por “Valor de ley”, fue otorgado más en reconocimiento a su carrera, que por esta película, ya que tuvo muchas mejores actuaciones en “La legión invencible” o “Centauros del desierto”, de la que Steven Spielberg opinó era "la mejor película de la historia".

En 1975, el emperador japonés Hirohito visitó oficialmente Los Ángeles y al preguntarle si deseaba ver algo o a alguien en particular al margen del programa, el monarca expresó su deseo de conocer  personalmente a John Wayne, de modo que hubo de ser invitado al banquete oficial en honor del emperador.

Su carisma era tal, que en una encuesta realizada en 1970 para determinar los personajes más famosos de la historia  de los Estados Unidos, Wayne alcanzó el segundo lugar, tras el Presidente Abraham Lincoln.

Su forma de actuar, sus actitudes en la pantalla y la manera de tratar a sus personajes, despertaban siempre críticas en el mundo del cine,  por lo que al actor cansado de recibir correcciones  afirmó en una ocasión: “Es cierto, a nadie le gusta como actúo, salvo al público...”.

En su última película, “El último pistolero”, en la que Wayne da vida a un viejo pistolero condenado por el cáncer, su director, Don Siegel, tomo la clara determinación  de que sería abatido por una bala mortal disparada por la espalda, pues nadie podía acabar con John Wayne, que era imbatible, por ser el más grande cowboy de todos los tiempos.

Su fallecimiento se produjo “por el cáncer, aquel hijo de puta’ que había anunciado padecer en 1964, acabando con su vida, cuando tenía 72 años y su tercera mujer, que había contraído matrimonio con aquel maduro padre de familia de siete hijos, decidió enterrarle en el cementerio Pacific View Memorial Park, en Florida y por temor de que su tumba fuese profanada, decidió que su cadáver descansase en una anónima, mientras colocaba una lápida en una parcela vacía.

En su tumba escrito en castellano, su epitafio reza : ‘Feo, fuerte y formal’







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