Tal día como hoy 31 de mayo de 1906 en Madrid, en la Basílica de San Jerónimo el Real tiene lugar la boda entre el rey Alfonso XIII y la princesa británica Victoria Eugenia. Mientras se dirigen al Palacio Real, sufren un atentado cuando el anarquista Mateo Morral arroja, una bomba dentro de un ramo de flores contra la comitiva, que no alcanza a los reyes pero mata a 24 personas además de herir a 107 más que contemplan el cortejo.
Mateo Morral era hijo de Martín Morral Badía, industrial textil de ideología republicana, mientras que su madre era católica integrista. Trabajó en varias casas comerciales de Barcelona y estudió en el extranjero aprendiendo varios idiomas y al parecer en Alemania entró en contacto con el anarquismo, volviendo a España en 1899 para dirigir la fábrica familiar, suscitándose conflictos a causa de sus intentos por conseguir la concienciación social de sus obreros
Hacia 1901 recorrió junto con otro joven de Sabadell, varias ciudades alemanas y belgas, además de Londres y París, y de vuelta a España decidió abandonar el negocio familiar y comenzó a trabajar como bibliotecario con Francisco Ferrer Guardia, el pedagogo anarquista fundador de la Escuela Moderna.
Después de intentar sin éxito un atentado contra el rey Alfonso XIII en París en el año 1905, en 1906 viajó a Madrid con el mismo propósito: arrojar contra él una bomba de fabricación casera, conocidas como bomba Orsini.
El 31 de mayo de 1906, día de la boda real, cuando la carroza pasaba, arrojó la bomba oculta en un ramo de flores que tropezó en su caída con el tendido del tranvía y se desvió hacia la multitud y aunque los reyes salieron ilesos, murieron 24 personas y más de cien resultaron heridas.
Tras el atentado, fue a refugiarse, en la redacción de “El Motín” y luego consiguió escapar de Madrid, pero el 2 de junio fue reconocido en un ventorrillo cercano a la estación de Torrejón de Ardoz, esperando tomar el tren para Barcelona.
Sospecharon de él y avisaron al guarda jurado Fructuoso Vega, quien, tras requerirle la documentación, le conminó a acompañarle al cuartelillo de Torrejón y en el trayecto Morral disparó contra el guarda, suicidándose acto seguido.
Nunca nadie ha estudiado minuciosamente el sumario por el atentado pues desde el principio se dio por buena esta versión de los dueños del ventorro de Torrejón
Sin embargo, las fotos publicadas ahora, despejan cualquier duda, pues la herida que sufrió Morral indica que el disparo se produjo a una distancia incompatible con un autodisparo, y que se trata de una muerte que impidió que hablara sobre las razones que le llevaron al atentado, así como quienes fueron sus cómplices o inductores.
Los expertos en balística que han estudiado en el siglo XXI este crimen dicen que, en realidad, debió morir por un disparo hecho desde lejos, con un arma con munición de mayor calibre, un revólver o una carabina winchester, ambos del calibre 40, con preferencias por un arma larga.
Otro misterio más para la historia...
No hay comentarios:
Publicar un comentario