La isla de Krakatoa, con tres conos volcánicos, estaba situada en el estrecho de Sonda, en Indonesia, entre Java y Sumatra y antes de la erupción, la montaña volcánica alcanzaba los 792 metros de altura sobre el nivel del mar y sus faldas estaban cubiertas de frondosa vegetación.
El nombre Krakatoa se usa para designar al grupo de islas de alrededor a la isla principal y a su conocido volcán, que había entrado en erupción en repetidas ocasiones siempre con consecuencias desastrosas a lo largo de la historia
En los años anteriores a la erupción de 1883, la actividad sísmica en el volcán era intensa y tres meses antes de la gran explosión, comenzaron a registrarse escapes de gases, con erupciones de ceniza que alcanzaron 6.000 metros de altitud y explosiones que pudieron oírse a más de 150 kilómetros de distancia, pero la actividad se extinguió a finales de mayo y como consecuencia, la población no adoptó medida de seguridad alguna.
Entró de nuevo en erupción el 19 de junio, causando mareas excepcionalmente altas en la zona y a partir del 11 de agosto, estas erupciones fueron cada vez mayores, hasta que el 26 de ese mes entró en su fase de máxima actividad.
El 27 de agosto, el volcán llegó a su etapa final, produciéndose cuatro enormes explosiones acompañadas de tsunamis, siendo la peor la última de ellas, que hizo volar toda la isla, alcanzado la ceniza los 80 km de altitud y provocando tal estruendo, que está considerado como el ruido más fuerte de la Historia de la humanidad, llegando a oírse en Perth - Australia - a 3.500 km de allí y en la isla Mauricio a 4.800 km.
Los efectos de flujos volcánicos, cenizas y tsunamis, fueron desastrosos para toda la región y no hubo ningún superviviente entre los 3000 habitantes de la isla de Sebesi, situada a unos 13 kilómetros de Krakatoa.
El recuento oficial de víctimas mortales registrado por las autoridades holandesas, que entonces administraban el territorio, fue de 36.417 y muchos asentamientos fueron asolados, incluyendo localidades lejanas de Sumatra y Java.
Incluso en lugares tan distantes como Sudáfrica, se encontraron cuerpos de víctimas flotando en el océano semanas después del suceso y tras las explosiones, sólo un tercio de la isla permaneció en su lugar pues el resto fue lanzado a la atmósfera y al mar
Tres años después, observadores de todo el mundo describían aún el crepúsculo y el alba de un brillante colorido, producido por la refracción de los rayos solares en las minúsculas partículas lanzadas a la atmósfera, que aún continuaban en ella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario