Tal día como hoy 1 de marzo de 752 a. C., según la leyenda, Rómulo el legendario primer rey de Roma, celebra el triunfo romano después de vencer a los sabinos, que habían venido a recuperar a sus mujeres tras “el rapto de las Sabinas”
El Rapto de las Sabinas es un episodio mitológico que describe el secuestro de mujeres de la tribu de los sabinos por los fundadores de Roma.
Según el mito, en la Roma de los primeros tiempos había muy pocas mujeres y para solucionar esto, Rómulo, su fundador y primer rey, organizó unas pruebas deportivas en honor a Neptuno, a las que invitó a los pueblos vecinos.
Acudieron varios de ellos, pero los de una población, la Sabinia, eran especialmente voluntariosos y fueron a Roma con sus mujeres e hijos y precedidos por su rey.
Cuando comenzaron los juegos y, a una señal, cada romano raptó a una mujer, y luego echaron a los hombres. Los romanos intentaron convencer a las mujeres de que sólo lo hicieron porque querían que fuesen sus esposas, y que ellas debían sentirse orgullosas de pasar a formar parte de un pueblo que había sido elegido por los dioses.
Las sabinas pusieron un requisito para contraer matrimonio y fue que en el hogar, ellas sólo se ocuparían del telar, sin verse obligadas a realizar otros trabajos domésticos, y se erigirían como las que gobernaban en la casa.
Años más tarde, los sabinos, enfadados por el ultraje de la traición y el rapto de sus mujeres, atacaron a los romanos, a los que acorralaron en el Capitolio y para lograr vencer su resistencia, contaron con la mujer romana, Tarpeya, que les franqueó la entrada a cambio de los brazaletes que llevasen en los brazos.
Los sabinos vieron con desprecio la traición de la romana a su propio pueblo, pero aceptaron el trato, aunque en lugar de darle joyas, la mataron aplastándola con sus escudos.
El lugar donde, según la leyenda, tuvo lugar este asesinato, recibió el nombre de “Roca Tarpeya”, desde la que se arrojaba a los convictos de traición en la antigua Roma.
Cuando se iban a enfrentar en lo que parecía la batalla final, las sabinas se interpusieron entre ambos ejércitos combatientes para que dejasen de matarse porque, si ganaban los romanos, perdían a sus padres y hermanos, y si ganaban los sabinos, perdían a sus maridos e hijos.
Las mujeres sabinas lograron hacerlos entrar en razón y finalmente se celebró un banquete para festejar la reconciliación y el rey de Sabinia Tito Tacio y Rómulo formaron una diarquía – gobierno de dos - en Roma hasta la muerte de Tito.
Con esta leyenda ilustraban los romanos que su ciudad había nacido de la unión de dos pueblos: latinos y sabinos, a los que pronto se sumó un tercer elemento: los etruscos, un pueblo muy avanzado, que poblaba la actual Toscana y que poseía importantes intereses comerciales en la región del Lacio.
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