Tal día como hoy 5 de marzo de 1953, fallece a los 74 años, Iosif Stalin, secretario general de la Unión Soviética.
Iósif Vissariónovich Dzhugashvili, más conocido como Iósif Stalin, fue un dictador soviético perteneciente a los bolcheviques que impulsaron la Revolución de Octubre de 1917 y más tarde llegó a ser secretario general del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética, desde 1922 hasta que el cargo fue suprimido poco antes de su muerte.
Tras la muerte de Lenin en 1924, Stalin logró utilizar este cargo para acaparar cada vez más poder en sus manos, usándolo para sofocar a todos los opositores dentro del Partido Comunista, incluido León Trotski, un teórico socialista y el principal crítico de Stalin, que fue uno de los primeros líderes soviéticos, desterrado de la Unión Soviética en 1929.
En 1928, Stalin reemplazó la Política Económica por una economía planificada centralizada y por planes quinquenales que iniciaron un período de industrialización y colectivización económica en el campo. La Unión Soviética pasó de ser de una sociedad mayoritariamente agraria, a una gran potencia industrial, siendo ésta la base de su aparición como segunda mayor economía del mundo después de la Segunda Guerra Mundial.
En la época estalinista, millones de personas fueron enviadas a campos de trabajo como castigo, y millones fueron deportadas y exiliadas a zonas remotas de la Unión Soviética. Anuló todas las libertades, negó el más mínimo pluralismo y aterrorizó a la población instaurando un régimen policial.
Dispuesto a eliminar no sólo a los discrepantes o sospechosos, sino a todo aquel que pudiera poseer algún prestigio o influencia propia, lanzó contra sus compañeros comunistas sucesivas purgas que diezmaron el partido, eliminando a la plana mayor de la Revolución.
En 1937, una campaña contra supuestos enemigos de su gobierno culminó en la “Gran Purga”, período de represión masiva en el que cientos de miles de personas fueron ejecutadas, e incluso fueron condenados líderes del Ejército Rojo acusados de participar en complots para derrocar el gobierno.
En agosto de 1939, Stalin firmó un pacto de no agresión con la Alemania nazi que dividió sus esferas de influencia en Europa oriental y permitió que la Unión Soviética recuperase algunos de los antiguos territorios del Imperio ruso con la invasión soviética de Polonia de 1939, la Guerra de Invierno en Finlandia, y la ocupación de las Repúblicas bálticas, de Besarabia y de Bucovina del Norte durante la Segunda Guerra Mundial.
Pero después de que Alemania violara el pacto al invadir la Unión Soviética en 1941, la Unión Soviética se unió a los Aliados y a pesar de grandes pérdidas humanas y materiales, finalmente, el Ejército Rojo avanzó a través de Europa y capturó la capital del Tercer Reich tras la batalla de Berlín en mayo de 1945 y tras haber jugado el papel decisivo en la victoria aliada la URSS surgió como una superpotencia después de la guerra.
Stalin encabezó las delegaciones soviéticas en las conferencias de Yalta y Potsdam, en las que se trazó el mapa de la Europa de posguerra, entrando poco después en una lucha por el dominio global, conocida como la Guerra Fría, con los Estados Unidos.
Tras su muerte, Stalin han sido condenado en numerosas ocasiones, la más significativa durante el XX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética en 1956, cuando su sucesor, Nikita Jrushchov, lo denunció en una famosa intervención con la que se inició un proceso de desestalinización de la URSS.
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