Tal día como hoy 3 de marzo de 1816, en Bolivia, la heroína boliviana Juana Azurduy, al frente de treinta jinetes, entre ellos varias mujeres, ataca a las fuerzas españolas, les quita el estandarte y se hace de fusiles y municiones, siendo nombrada teniente coronel.
Juana Azurduy Bermúdez fue una patriota del Alto Perú que luchó por la emancipación de España y asumió la comandancia de las guerras. A partir de los doce años se educó en el Convento de Santa Teresa de Chuquisaca para ser monja, pero debido a su comportamiento rebelde fue expulsada cuando tenía 17 años.
Juana contrajo matrimonio en 1805, a los 25 años, con Manuel Ascencio Padilla y con su esposo se sumó a la Revolución de Chuquisaca que culminó a principios de 1810, cuando los revolucionarios fueron vencidos por el virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros. condenando a sus cabecillas a prisión y al destierro.
Tras la Revolución de Mayo en Buenos Aires, los esposos Padilla, en 1811, se unieron al Ejército del Norte para combatir a los realistas, pero tras la derrota de los patriotas en la batalla de Huaqui en junio de 1811, las propiedades de los Padilla, junto con las cosechas y ganados, fueron confiscadas y sus cuatro hijos apresados, aunque Padilla logró rescatarlos, refugiándose en las alturas de Tarabuco.
En 1812, Juana Azurduy se puso a las órdenes del general Manuel Belgrano, nuevo jefe del Ejército del Norte y organizó el "Batallón Leales" que participó en la batalla de Ayohuma, cuya nueva derrota significó el retiro de los ejércitos patriotas del Alto Perú. A partir de ese momento Padilla y sus milicianos se dedicaron a realizar acciones de guerrillas contra los realistas.
El 3 de marzo de 1816, Juana Azurduy, al frente de treinta jinetes, entre ellos varias mujeres, atacó a las fuerzas del general español La Hera, les quitó el estandarte y recuperó fusiles y municiones, y acto seguido, atacó el cerro de Potosí, tomándolo el 8 de marzo y debido a su actuación, recibió el rango de teniente coronel y el general Belgrano le hizo entrega simbólica de su sable.
El 14 de noviembre de 1816 Juana fue herida en la batalla de La Laguna, su marido acudió a rescatarla y en este acto fue herido de muerte.
El cambio de planes militares por los patriotas, disminuyó el apoyo logístico a las fuerzas de Juana, por lo que se vio obligada a replegarse hacia el sur, uniéndose a Martín Miguel de Güemes y a la muerte de este en 1821 se vio reducida a la pobreza.
En 1825 el libertador Simón Bolívar, luego de visitarla y ver la condición miserable en que vivía, avergonzado, la ascendió al grado de coronel y le otorgó una pensión y posteriormente el Mariscal Sucre presidente de Bolivia se la aumentó, aunque apenas le alcanzaba para comer, pero dejó de percibirla en 1830 debido a los vaivenes políticos bolivianos.
Pasó varios años en Salta, solicitando al gobierno boliviano sus bienes confiscados, con resultado negativo. La pensión que le habían otorgado le fue retirada definitivamente en 1857 bajo el gobierno de José María Linares.
Juana murió indigente el 25 de mayo de 1862 cuando tenia 81 años y fue enterrada en una fosa común. Sus restos fueron exhumados cien años después y depositados en un mausoleo que se construyó en su homenaje en la ciudad de Sucre.
Muy tarde llegó el reconocimiento para esta gran mujer
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