Tal día como hoy 22 de julio de 1921, durante la Guerra de Marruecos, tiene lugar el desastre de Annual.
El hecho fue una grave derrota militar española, ante los rifeños comandados por Abd el-Krim, que supuso la crisis política más importantes de las muchas de la monarquía liberal de Alfonso XIII, causa directa de la Dictadura de Primo de Rivera.
El principal problema del ejército de África, era su corrupción, tanto a nivel de oficialidad como entre la tropa, llegando hasta vender sus propios fusiles y municiones a los rifeños.
El general Silvestre, protagonizó un espectacular progreso sobre el Rif en un total de 24 operaciones, sin apenas sufrir bajas y toda España creía, que por fin finalizaría la sangría de Marruecos, pero esta ilusión pronto se derrumbó de manera trágica.
Así pues, el 22 de julio la posición avanzada de Annual acogía a unos 5.000 hombres sobre los que iban a lanzarse unos 18.000 rifeños y solo disponía víveres para cuatro días; municiones para uno y carecía de reservas de agua.
El general Silvestre, consciente de la imposibilidad de defenderla, intentó replegarse a Dar-Drius, sin embargo tan pronto las tropas abandonaron Annual comenzaron a recibir disparos, empezando de seguida el caos; los carros, el material y los heridos fueron abandonados; muchos oficiales desertaron y la retirada no tardó en convertirse en una desbandada general.
En las cuatro horas aproximadas que duró la huida, murieron unos 2.500 hombres y tras seis días de agotadora marcha, alcanzaron el campamento de Monte Arruit, que fue también cercado y cortados sus suministros.
El fuerte Zeluán también asediado, se rindió el 3 de agosto, siendo los supervivientes asesinados y los oficiales quemados vivos, por lo que vistas las condiciones, el general Berenguer, autorizó la rendición formal el 9 de agosto.
En Monte Arruit y Dar Quebdana, se pactó la entrega de las armas a cambio de la vida de los soldados, pero una vez aceptado cuando salieron y amontonaron sus armas, los rifeños atacaron a los indefensos españoles, degollando a casi todos y los cadáveres quedaron insepultos hasta su reconquista varios meses después.
Pronto corrió la noticia de la victoria rifeña y tanto las cabilas como fuerzas marroquíes al servicio de España se sumaron a la “guerra santa” proclamada por Abd el-Krim.
Se produjo así una espantosa retirada en la que los rifeños asesinaron y torturaron a los heridos, enfermos y a la población civil dejada atrás.
Tan terrible derrota, se saldó con 13.363 muertos por sólo 1.000 rifeños, hallándonos en el periodo más agudo de la decadencia española y el fracaso total, absoluto y sin ningún atenuante, del ejército español.
No hay comentarios:
Publicar un comentario