Tal día como hoy 24 de diciembre de 1734, un extraño incendio destruye el Real Alcázar de Madrid.
El desaparecido Real Alcázar de Madrid fue palacio real hasta 1734, año en que fue destruido por un incendio de incierto origen. Estuvo situado donde hoy se erige el Palacio Real de Madrid y sus orígenes fueron fortaleza musulmana en el siglo IX, siendo ampliado con el paso de los siglos, especialmente a partir del XVI cuando se convirtió en palacio real.
La primera ampliación se efectuó en el año 1537, por encargo de Carlos V, siendo célebre tanto por su riqueza artística como por su arquitectura. Fue residencia de la Familia Real desde la dinastía de los Trastámara, hasta su destrucción en la Nochebuena de 1734, donde muchos de sus tesoros artísticos se perdieron, si bien otros pudieron rescatarse, como Las Meninas de Velázquez
La Nochebuena de 1734, con la Corte en el Palacio de El Pardo, se declaró un pavoroso incendio que se propagó rápidamente, sin que pudiera ser controlado en ningún momento, a lo largo de cuatro días y fue de tal intensidad, que algunos objetos de plata quedaron fundidos por el calor y tuvieron que recogerse en cubos.
El incendio, según se sospecha, se originó en el aposento del pintor de Corte Jean Ranc. A pesar de los esfuerzos por apagar el fuego, nada se pudo hacer por salvar el edificio, ni a las 500 obras de arte que allí perecieron, entre ellas varios cuadros de Diego Velázquez.
La primera voz de aviso se dio hacia las 00:15, por unos centinelas que hacían su guardia. El carácter festivo del día hizo que el toque a fuego de los campanarios fuese desatendido, ya que la gente “discurría que eran rezos de antes del amanecer” y los primeros en colaborar en la extinción del fuego, fueron los frailes de San Gil.
Por temor a saqueos, no se abrieron las puertas del Alcázar, lo que restó tiempo al desalojo cuando ya era forzoso. La recuperación de los cuadros se dejó en un segundo plano, ante las dificultades que implicaba su tamaño y ubicación a varias alturas y en múltiples salas.
De ahí que se perdiera un buen número de pinturas que se guardaban en el edificio, como “La expulsión de los moriscos” de Velázquez, mientras otras -como Las Meninas - se salvaron al ser arrojadas por las ventanas.
Por otro lado, el incendio también destruyó las colecciones americanas que los reyes de España habían ido formando, que incluían las piezas ofrecidas a la Corona por los conquistadores.
Extinguido el incendio, el edificio quedó reducido a escombros y los muros que quedaron en pie tuvieron que ser demolidos, dado su estado de deterioro.
Todavía hoy el origen y circunstancias del incendio siguen sin estar claros, pues era un lugar vigilado las 24 horas del día por ser la residencia del rey Felipe V y su familia. Lo que alimenta las teorías conspiratorias es que sobre el solar calcinado el Monarca levantó el actual Palacio Real de Madrid, construcción que se acercaba más a sus preferencias arquitectónicas
En efecto, cuatro años después, en 1738, Felipe V ordenó la construcción del actual Palacio Real de Madrid, cuyas obras duraron treinta años, siendo ocupado por Carlos III en el año 1764.
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