Tal día como hoy 22 de diciembre de 1870, muere Gustavo Adolfo Claudio Domínguez Bastida, más conocido como Gustavo Adolfo Bécquer.
Bécquer, fue un poeta y narrador perteneciente al movimiento del Romanticismo, que solo después de su muerte y tras la publicación de sus escritos obtuvo el prestigio que hoy se le reconoce. Su obra más célebre son las Rimas y Leyendas, esenciales para el estudio de la literatura hispana, sobre la que ejercieron una gran influencia.
Nació en Sevilla el 1836 y por parte paterna descendía de una familia de comerciantes flamencos, los Bécquer, establecidos en la capital andaluza en el siglo XVI y tanto Gustavo Adolfo como su hermano, el pintor Valeriano Bécquer, adoptaron Bécquer como primer apellido en sus obras.
En 1846, con diez años, Gustavo Adolfo ingresó en el Real Colegio de Humanidades de San Telmo de Sevilla y al año siguiente, los hermanos Bécquer quedaron huérfanos también de madre, pues ya lo eran de padre y fueron adoptados por su tía materna, María Bastida.
En 1857, apareció la tuberculosis que le habría de enviar a la tumba. Hacia 1858 conoció a Josefina Espín, pero pronto se fijó en la que sería su musa, la hermana de esta y cantante de ópera Julia Espín. Gustavo se enamoró y empezó a escribir las primeras Rimas, pero la relación no llegó a consolidarse porque ella tenía más altas miras y le disgustaba la vida bohemia del escritor.
Después, entre 1859 y 1860, amó con pasión a una dama de Valladolid, que durante años se identificó con Elisa Guillén, un personaje que hoy se sabe inexistente. Pero la amante, fuera quien fuera, se cansó de él, lo abandonó y lo sumió en la desesperación.
Fue entonces cuando conoció a la que sería su esposa, Casta Esteban y Navarro y contrajeron matrimonio el 19 de mayo de 1861.
Pero en 1863 padeció una grave recaída en su enfermedad y Bécquer se trasladó con su hermano al Monasterio de Veruela -Zaragoza-, cuyo aire puro era conocido para tratar la tuberculosis. En este monasterio Gustavo Adolfo escribió las cartas "Desde mi celda" y varias de sus leyendas.
Tras su recuperación, ambos se marcharon a Sevilla y en 1866 ocupa el cargo de censor hasta 1868;, que es un año tétrico para Bécquer: Casta le es infiel, su libro de poemas desaparece en los disturbios revolucionarios y en diciembre nace su tercer hijo, dando pábulo a su tragedia conyugal, pues se dice que este es del amante de Casta.
Posiblemente a causa de un enfriamiento en la primera quincena de diciembre 1870, su precario estado de salud se agrava, y muere el 22 de dicho mes, siendo enterrado al día siguiente en Madrid, aunque mas tarde, en 1913, los restos de los dos hermanos fueron trasladados a Sevilla, reposando desde 1972 en el Panteón de Sevillanos Ilustres.
La inmensa fama literaria de Bécquer se basa en sus Rimas, que iniciaron la corriente romántica de poesía intimista opuesta a la retórica y ampulosidad de los poetas románticos anteriores, no obstante, la crítica literaria del momento no acogió bien sus poemas, aunque su fama no dejaría de crecer.
Su gran amigo el pintor Casado del Alisal propuso la publicación de las obras del escritor, para honrar al amigo fallecido y ayudar a la mujer e hijos de Bécquer. Bécquer debe a Casado del Alisal su gloria literaria, ya que sus obras podrían haber sido olvidadas de no ser por él.
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