Tal día como hoy 30 de diciembre de 1916, es asesinado en San Petersburgo Rasputín, crimen urdido por la familia real rusa para acabar con su influencia sobre la zarina Alejandra
Grigori Yefímovich Rasputín, perteneció a una familia de campesinos y fue conocido por su carácter rebelde y disoluto desde la infancia. A los 18 años se unió a los flagelantes, secta rechazada por la Iglesia rusa, que profesaban la necesidad del dolor para poder alcanzar la reconciliación con Dios y ganar el cielo.
Reconocido como místico, llegó a prestar sus servicios a la zarina Alejandra Fiódorovna, ganando su total confianza y el favor del zar Nicolás II, gracias a la recuperación que proporcionaba al zarévich Alexis de un padecimiento de hemofilia, siendo esto motivo para una supuesta relación amorosa entre la zarina y Rasputín.
Su cercana relación con la Zarina y su notable influencia en las decisiones de estado causaron el disgusto de la nobleza, que motivó la conspiración y el atentado y muerte de Rasputín.
Algunos nobles se reunieron para matar a Rasputín y acabar con la influencia de este personaje en la corte, como Félix Yusúpov, líder principal de la conspiración, que según la leyenda, era homosexual y se sentía atraído hacia Rasputín; Demetrio Románov, primo del Zar; Vladímir Purishkévich, importante político... entre otros.
Poco antes de su muerte, Rasputín escribió a la zarina diciendo que esperaba una muerte violenta por parte de la nobleza y aseguraba que, si él moría, los zares harían lo mismo en el plazo de dos años, lo cual en parte, fue cierto, pues el zarismo cayó dos años después con la revolución rusa.
La princesa Irina era muy codiciada por Rasputín, y aunque no la conocía en persona, sabía de su belleza y riquezas. Estaba casada con Yusúpov, el cual pensó que ella sería un perfecto señuelo y aunque no estaba en el palacio el día del asesinato,Yusúpov le hizo creer a Rasputín que sí.
Aunque hay dudas sobre la muerte de Rasputín una vez llegó a palacio, las fuentes dicen que todo sucedió de esta manera. Yusúpov hizo un banquete de pastas y vino en los sótanos del palacio y todo ello tenía cianuro en dosis más que letales para matar a un hombre. El conspirador ofreció varias copas de vino sin envenenar al místico y luego le dio las pastas envenenadas, pero Rasputín siguió comiendo tranquilamente.
Rasputín, en vez de encontrarse mal, cogió una guitarra y tocó y cantó temas del folclore ruso. Al final, el conspirador dijo que subía para "hablar con Irina", pero en realidad Yusúpov pensó en abortar el plan, pues empezó a creer que Rasputín era inmortal, pero Purishkévich lo animó para que le disparase por la espalda.
Yusúpov, disparó varias veces a Rasputín que cayó, en teoría muerto, pero el místico se escapó por otra puerta y corrió, para salvar su vida, por la nieve. Purishkévich se dio cuenta y le disparó tres veces más y, finalmente, cayó, siendo rematado de un tiro en la cabeza.
Convencidos de que había muerto, decidieron tirarlo en el Neva, pero cuando se encontró el cadáver y se realizó la autopsia, descubrieron que la muerte fue por ahogamiento en el río, ya que ni el veneno ni las balas pudieron con él.
Yusúpov fue desterrado y pudo volver a Rusia un año después, durante la Revolución rusa, pero la victoria soviética y la persecución contra los Románov le hizo volver a exiliarse.
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