Tal día como hoy 25 de diciembre del 274, el emperador romano Aureliano dedica un templo al dios "Sol Invictus", para conmemorar el renacimiento del Sol, que se celebraba cuando la luz del día aumentaba después del solsticio de invierno, desde el 22 al 25 de diciembre.
Navidad proviene de la palabra latina nativitas que significa nacimiento y la Navidad empezó a celebrarse como fiesta cristiana a partir de la época del emperador Constantino. En el año 336 apareció por primera vez en el calendario romano y gradualmente fue entrando en las tradiciones de la Iglesia cristiana, hasta que en el siglo V, queda establecida oficialmente, sustituyendo la fiesta del Sol invictus.
Está demostrado que el 25 de diciembre no nació el Mesías, pero sí que era la fecha en la que en la Antigua Roma tenía lugar una serie de celebraciones, alejadas del carácter religioso que luego se le dio por la Iglesia a partir del siglo IV.
A mediados del mes de diciembre, hacia el día 17, se celebraba las Saturnales, fiestas en las que los agricultores y personas que trabajaban al servicio de otros, conmemoraban durante una semana a Saturno, el Dios en la mitología romana de la agricultura y la cosecha.
Se realizaban una serie de festejos, acompañado de abundante comida y bebida, lo cual la convertía en un jolgorio licencioso que invitaba al desmadre de aquellos que participaban en ella. Podría decirse que eran unos días en los que “todo estaba permitido”.
El fin de las Saturnales coincidía con el solsticio de invierno, día en el que entraba el invierno, la estación más fría del año y el fin de los “días oscuros”, tal y como era llamado por los romanos, ya que a partir de esa fecha el día se alargaba teniendo más horas de luz.
Ese día, 25 de diciembre en el antiguo calendario juliano, se bautizó como ‘Sol Invictus’ en conmemoración al Sol, como Dios superior entre todas las divinidades romanas. Tras el “Edicto de Milán” el año 313, el emperador Constantino permitió la libertad de culto en todo el Imperio y con ello terminó la persecución de los cristianos.
El cristianismo, ya se había impuesto en casi todo el imperio, por lo que al emperador fue cediendo ante la Iglesia Católica y cuando en el año 337 fue nombrado papa Julio I con quien estableció una buena relación, esto ayudó a ir sustituyendo las fiestas paganas por celebraciones cristianas.
Y así, todas las antiguas celebraciones paganas acabaron convertidas en fiestas cristianas, transformando la festividad del Sol Invictus del 25 de diciembre en el día de Navidad, y con ella celebrar el nacimiento de Jesús, aunque realmente no coincidiese en la fecha, ya que hasta entonces los cristianos lo celebraban el 6 de enero -Epifanía-, la cual dejaron como Día de Reyes.
Algunos sectores católicos intentan negar que se sustituyó la fiesta pagana del Sol Invictus por la celebración de Navidad. Sin embargo el propio papa Benedicto XVI confirmó en 2009 que la Navidad asumió una forma definida en el siglo IV, cuando sustituyó a la fiesta romana del ‘Sol Invictus’.
“En la cristiandad la fiesta de Navidad asumió una forma definida en el siglo IV, cuando tomó el lugar de la fiesta romana del "Sol invictus", el sol invencible; así se puso de relieve que el nacimiento de Cristo es la victoria de la verdadera luz sobre las tinieblas del mal y del pecado.” (Benedicto XVI)
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