Juan de Villarroel fue un capitán y conquistador extremeño que vivió en el siglo XVI y descubrió las enormes riquezas argentíferas del famoso cerro de Potosí.
Se desconoce su fecha de nacimiento y se sabe que nació en Alcántara – Cáceres -, y muy joven se alistó como soldado de los tercios españoles, pero como no vislumbraba mucho futuro combatiendo en Europa, al cabo de algún tiempo, volvió a España para probar suerte en las Indias.
Juan fue hasta Sevilla, obtuvo el permiso para embarcar y antes de 1520 tomó una carabela y recaló en la isla de Cuba, donde al ser veterano de los tercios, no le fue difícil entrar al servicio del gobernador, desde donde pasaría a la conquista de Centroamérica
Mientras esto sucedía, Hernán Cortés había conquistado el territorio mexicano y en 1523 decidió hacer lo mismo con la actual Honduras, encargando a Cristóbal de Olid esta misión. Pero Olid, se trasladó a Cuba y traicionó a Cortés, al ponerse de acuerdo con el gobernador Diego Velázquez de Cuellar- enemigo de Cortés – que le prometió nombrarlo Gobernador de Honduras.
Cuando Cortés se enteró de la traición, enfurecido envió a su primo Francisco de Las Casas a castigarle y sus fuerzas vencieron a las de Olid siendo éste apresado, enjuiciado y condenado a muerte, mientras Villarroel partidario de Olid, que viajaba en esa expedición, tuvo que huir a Panamá, donde se cambió el nombre por temor a represalias y no reapareció hasta 1544.
Los años habían pasado y Villarroel no había conseguido su sueño de hacerse rico, lo cual sucedió casi por casualidad. Villarroel tenía un criado indio, al que un día mandó a buscar una llama que se le había escapado. Tras encontrar al animal, como se hizo de noche y el frío arreciaba, el indio arrancó unas matas e hizo fuego para pasar la noche. Con el calor de la fogata, la veta de plata se derritió y a la mañana siguiente descubrió que unos hilillos de reluciente metal discurrían por la acentuada pendiente del cerro donde se hallaba la hoguera, todo lo cual relató a Diego.
Villarroel después de curiosear varios días por el despoblado cerro del Potosí, descubrió que en aquella montaña había grandes cantidades de plata y el 21 de abril de 1545 registraba la explotación minera, en sociedad con el criado que le reveló el secreto, con el nombre de la "Descubridora" y dos años después, Carlos I le concedía una cédula real nombrándole, “descubridor del cerro argentífero y fundador de la villa Imperial de Potosí”.
Potosí se convirtió a principios del siglo XVII en una de las ciudades más populosas del Mundo, con 160.000 habitantes, donde el boato y el lujo se observaba por doquier, al igual que las intrigas y enfrentamientos entre los miembros de aquella sociedad que competía por alardear de sus riquezas.
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Otro "extremeño" de origen humilde y nacimiento desconocido al que Carlos V le otorga honores y riquezas. El emperador debía tener una predilección especial. Que raro que con tantos ilustres hijos ahora no haya más que recogedores de bellotas y criadores de jabugo!
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