Tal día como hoy 19 de octubre de 1469, se casan en Valladolid Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón, luego llamados “Los reyes Católicos”.
Desde los tres años, Isabel había estado comprometida con Fernando, pero Enrique IV – su hermanastro - rompió este acuerdo reconociéndola como su sucesora, a cambio de que renunciase a ser reina antes de que él muriese, y de decidir con quien casarla, cosa que no llegó a producirse al oponerse Juan II de Aragón, su futuro suegro.
Fueron infructuosos los intentos de Enrique, por desposarla con el rey Alfonso V de Portugal, casi 20 años mayor que ella, que Isabel rechazó por la diferencia de edad, intentándolo también con Pedro Girón, Maestre de Calatrava, que murió de un ataque de apendicitis, mientras realizaba el viaje para encontrarse con ella y con el duque de Guyena, hermano de Luis XI de Francia, porque de nuevo Isabel se negó.
El 18 de septiembre de 1468, fue proclamada Princesa de Asturias por medio de la “Concordia de los Toros de Guisando” y pasó a vivir en Ocaña, en contacto estrecho con la Corte.
Mientras tanto, Juan II de Aragón volvió a negociar con Isabel la boda con su hijo Fernando, y ella y sus consejeros lo consideraron el mejor candidato, pues tenían ambos la misma edad aunque al ser primos, necesitaban una bula papal que les exonerara de la consanguinidad.
El Papa – temeroso de disgustar al rey castellano, al de Portugal y al de Francia - no llegó a firmar este documento, pero mandó a un legado para facilitar el enlace, firmándose las capitulaciones matrimoniales en 1469.
Isabel sentía ciertos escrúpulos para casarse sin contar con autorización papal, pero con la connivencia de Rodrigo Borgia, los novios presentaron una falsa bula ”supuestamente” emitida por el anterior Papa Pío II, a favor de Fernando, en el que se le permitía contraer matrimonio con cualquier princesa con la que le uniera un lazo de consanguinidad de hasta tercer grado.
Isabel escapó de Ocaña, donde era custodiada y Fernando atravesó Castilla en secreto, disfrazado de mozo de mulas de unos comerciantes, para al final contraer ambos matrimonio en Valladolid el 19 de octubre, celebrándose la boda en el palacio de los Viveros de Valladolid, lugar al que ambos llegaron de incógnito.
El matrimonio costó a Isabel el enfrentamiento inmediato con su hermanastro, que llegó a paralizar la bula papal de dispensa, pero tras la mediación del arzobispo de Toledo, el 1 de diciembre de 1471, se emitió otra que dispensaba de consanguinidad a los príncipes.
En la actualidad, no sabemos si Isabel y Fernando celebraron el matrimonio solo por ambición política o actuaron por otros motivos, aunque los 6 hijos habidos parecen evidenciar que había también intereses afectivos en la relación.
La serie dramática “Isabel” que hace poco se proyectó en TVE, salvando algunas lógicas concesiones a la pantalla, toda ella se ajusta bastante a la realidad de lo entonces acontecido.
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