Tal día como hoy 23 de marzo de 1983, el presidente estadounidense Ronald Reagan desvela planes para combatir una eventual guerra nuclear desde el espacio. Su plan, la Iniciativa de Defensa Estratégica (SDI), propone un escudo defensivo que, con el uso de tecnología láser o mediante un haz de partículas, "interceptará y destruirá" los misiles enemigos que se desplacen a través del espacio.
La Iniciativa de Defensa Estratégica, fue una propuesta para la construcción de un sistema de defensa antimisiles con armas espaciales destinado a proteger a Estados Unidos de un ataque nuclear con armas nucleares estratégicas - misiles balísticos intercontinentales y misiles lanzados desde submarinos-.
El plan se hizo público por primera vez el 23 de Marzo de 1983 por el Presidente Ronald Reagan, y un crítico vocal partidario de la doctrina de la destrucción mutua asegurada describió el proyecto como un "pacto suicida", e instó a los científicos y a los ingenieros norteamericanos a que desarrollaran un sistema que hiciera obsoletas las armas nucleares.
La Organización de la Iniciativa de Defensa Estratégica se creó en 1984 dentro del Departamento de Defensa de los Estados Unidos para supervisar el desarrollo del proyecto. Fueron estudiados una amplia variedad de conceptos avanzados de armas, incluyendo láseres, armas de haces de partículas y sistemas de misiles con base en tierra y en el espacio; junto con varios sensores, comandos y controles, así como sistemas informáticos de alto rendimiento, imprescindibles para poder controlar un sistema que abarcaría cientos de satélites y centros de combate que se establecerían por todo el mundo.
En 1987 la American Physical Society determinó que las tecnologías que estaban tomándose en consideración se hallaban, como mucho, décadas por delante de estar listas para su utilización, y se necesitaba al menos de otra década de investigación para saber si tal sistema era factible. Después de la publicación del informe de la American Physical Society el presupuesto de la Iniciativa de Defensa Estratégica tuvo reiterados recortes.
La Iniciativa de Defensa Estratégica contuvo alguna que otra polémica en ciertos sectores, y fue criticada por amenazar con desestabilizar el enfoque de la destrucción mutua asegurada, así como la posibilidad de volver a reavivar "una carrera armamentista ofensiva".
A través de documentos desclasificados de las agencias de inteligencia norteamericanas, se examinaron las implicaciones y los efectos más amplios del programa y se reveló que, debido a la posible neutralización de su arsenal y la pérdida resultante de un factor de poder de equilibrio, la Iniciativa de Defensa Estratégica era motivo de gran preocupación para la Unión Soviética y su principal estado sucesor, Rusia.
A principios de 1990, con la finalización de la Guerra Fría y la rápida reducción de los arsenales nucleares, el apoyo político a la Iniciativa de Defensa Estratégica se derrumbó. La Iniciativa de Defensa Estratégica dio por finalizada oficialmente en 1993, cuando la administración de Bill Clinton reorientó los esfuerzos hacia los misiles balísticos y cambió el nombre de la agencia por el de Organización de Defensa Contra Misiles Balísticos.
En 2019 el desarrollo de interceptores con base en el espacio se reanudó por primera vez en 25 años con la firma por parte del Presidente Donald Trump de la Ley de Autorización de Defensa Nacional. Actualmente el programa está gestionado por la Agencia de Desarrollo Espacial.como parte de la nueva Arquitectura Espacial de Defensa Nacional
El director de la Agencia Central de Inteligencia, Mike Pompeo, pidió fondos adicionales para lograr una "Iniciativa de Defensa Estratégica para nuestro tiempo, la Segunda Iniciativa de Defensa Estratégica"..
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