Los llamados “sucesos de Vitoria” tuvieron lugar pocos meses después de la muerte del dictador Franco y en plena transición española hacia la democracia, durante una jornada de huelga.
En el mes de enero, varios miles de trabajadores iniciaron una huelga en contra de los topes salariales y en defensa de mejores condiciones de trabajo, siendo convocaban una huelga general el día 3 de marzo que fue seguida de forma mayoritaria.
Todavía prohibidos los derechos de reunión, manifestación y de huelga, y con los sindicatos, también ilegales, las huelgas que se convocaron tuvieron especial importancia en los cinturones industriales de Madrid y Vitoria.
La respuesta del gobierno fue la habitual represión policial, y ese mismo día la Policía Armada entró en la iglesia de San Francisco de Asís en Vitoria, en la que estaba previsto realizar una asamblea de trabajadores y, haciendo caso omiso de la voluntad del párroco y obviando lo establecido en el concordato suscrito con el Vaticano, conminó al desalojo.
Segundos después disparaban gases lacrimógenos en el recinto cerrado y lleno de gente, creando pánico entre los reunidos que salieron por la puerta delantera del templo con pañuelos en la boca siendo apaleados, e iniciándose un enfrentamiento y después un tiroteo indiscriminado contra los que marchaban al frente, saldándose la actuación policial con cinco personas muertes y más de 150 heridos de bala.
Manuel Fraga Iribarne, ministro responsable de las fuerzas del orden durante los sucesos, se encontraba en Alemania cuando tuvo lugar la masacre y le sustituía como ministro de jornada en sus funciones Adolfo Suárez .
El Secretario General del SPD en Alemania, canceló la entrevista con Fraga que estaba en una campaña diplomática para vender la reforma avalada por la monarquía y este, volviendo a España apresuradamente, visitando a los heridos e intentando reducir el impacto de los hechos.
Los incidentes aceleraron la acción de la oposición y la Junta Democrática y la Plataforma se fusionan en la Platajunta, para ejerce mayor presión política sobre el gobierno, exigiendo amnistía, libertad sindical, democracia y rechazo de las leyes reformistas.
En 2011, algunos partidos vascos presentaron una propuesta para incluir a los muertos de Vitoria en la Ley de víctimas del terrorismo, lo cual fue rechazado.
En marzo de 2012, el Gobierno Vasco homenajeó por vez primera a las víctimas de la violencia policial de 1976, con una ofrenda floral a la que asistieron los secretarios generales de UGT y CC.OO, a los que pertenecían los muertos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario