Tal día como hoy 3 de julio de 1976, tras la dimisión forzada de Arias Navarro el día 1, el rey Juan Carlos I nombra a Adolfo Suárez como nuevo presidente del Gobierno para que inicie el desmantelamiento de las estructuras franquistas y formará un gobierno con políticos de su generación con la convicción de tener que poner en marcha la democracia, jurando el cargo el 5 de julio.
Adolfo Suárez González, duque de Suárez y grande de España, fue una figura clave de la Transición y consiguió, a pesar de ser un desconocido para la opinión pública, que se llevaran a cabo diversas medidas que reformaron el sistema, como la autoliquidación de las Cortes franquistas o la legalización de los partidos políticos, incluido el Partido Comunista de España.
Liderando la coalición Unión de Centro Democrático (UCD), fue posteriormente elegido de nuevo presidente, por medio de las urnas, en las elecciones de 1977 y en 1981 abandonó el cargo tras presentar su dimisión, creando junto a otros dirigentes el partido Centro Democrático y Social y fue elegido diputado en Cortes en varias elecciones generales, permaneciendo en la política hasta 1991.
Vinculado a Televisión Española, en 1969 fue nombrado su director general, cargo que ocupó hasta 1973 y fue además, gobernador civil de Segovia y procurador de representación familiar por Ávila en dos legislaturas de las Cortes Orgánicas franquistas.
Suárez pasaría a ser presidente del Gobierno, a instancias del Rey don Juan Carlos, convirtiéndose en su hombre de confianza y quien impulsó la reforma política que acabaría con la dictadura y que pasaría a los libros de Historia como “Transición Española”.
Después de poner en marcha la primera reforma militar, emprendió la reforma del sistema político, con la aprobación de la amnistía en marzo de 1977, la legalización de todos los partidos y los sindicatos y la convocatoria de elecciones libres el 15 de junio de ese año.
Tras superar una moción de censura de la oposición socialista el 28 de mayo de 1980, las críticas a su gestión por parte de diversos sectores sociales y políticos y la crisis permanente en su partido, le llevaron a dimitir como presidente del Gobierno el 29 de enero de 1981.
Fue entonces cuando pasó al plano internacional, como vicepresidente de la Internacional Liberal y Progresista, convirtiéndose en presidente de la misma entre octubre de 1989 y septiembre de 1991. Pero mientras ganaba relevancia internacional su imagen en España se iba apagando.
La enfermedad y la muerte visitaron en demasiadas ocasiones a la familia Suárez. Amparo Illana, esposa del ex presidente, murió en 2001 tras una larga batalla contra el cáncer y tres años después, su hija Mariam Suárez acabó perdiendo la batalla que libraba contra la misma enfermedad.
El ex presidente del Gobierno poseía múltiples condecoraciones por su labor política, como la Gran Cruz de Isabel la Católica, la Gran Cruz de Carlos III y el Collar de la Insigne orden del Toisón de Oro, la orden dinástica de mayor prestigio del mundo.
Retirado de la vida pública desde 2003, como consecuencia de una enfermedad neurológica, falleció en 2014 a causa de una enfermedad pulmonar crónica.
Nuestra deuda con Adolfo Suárez será siempre inmensa y eterna...
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