jueves, 14 de agosto de 2025

La derrota del ejército franco, en la Batalla de Roncesvalles

Tal día como hoy, 15 de agosto de 778: en Roncesvalles, el ejército de Carlomagno es derrotado por los vascones, en la batalla de Roncesvalles, enfrentamiento en el que muere el héroe Roldán.

La batalla de Roncesvalles, fue un evento crucial en la historia medieval, ocurrió en el año 778 durante el reinado de Carlomagno. Tras una campaña fallida en Zaragoza, la retaguardia del ejército franco, fue emboscada y aniquilada por una fuerza vascona, en el desfiladero de Roncesvalles, en la actual provincia de Navarra, en los Pirineos.

Este enfrentamiento, aunque de poca duración y magnitud, adquirió gran importancia histórica y literaria, especialmente a través del Cantar de Roldán, que idealizó la batalla y la convirtió, en un símbolo de valentía y honor.

Carlomagno, rey de los francos, buscaba expandir su reino y consolidar su poder en Europa. En el 778, dirigió una expedición militar a la península ibérica, con el objetivo de apoyar una revuelta, contra el emirato de Córdoba y tomar la ciudad de Zaragoza. La campaña fue un fracasó, y Carlomagno, se retiró con sus tropas.

En el camino de regreso, la retaguardia del ejército franco, compuesta por tropas de origen austrasiano, bávaro, burgundio, lombardo, provenzal y septimano, y liderada por Roldán, fue atacada por vascones en el desfiladero de Roncesvalles.

Las tropas francas fueron sorprendidas y derrotadas, sufriendo numerosas bajas. Ente los muertos estaba Roldán, uno de los principales, líderes militares del ejército franco. 

Según la leyenda, cuando Carlomagno cruza los Pirineos, y sobre la retaguardia que dirige Roldán ,cae el numerosísimo ejército vascón. A pesar de los consejos del sabio Oliveros, Roldán, valiente y temerario, no quiere usar su cuerno de caza,  (el olifante) para llamar en su auxilio, al grueso del ejército, que ha pasado ya el desfiladero y cuando lo hace, ya es demasiado tarde..

La batalla de Roncesvalles, a pesar de su aparente insignificancia militar, se convirtió en un episodio fundamental, en la historia europea debido a su representación, en el "Cantar de Roldán",un poema épico medieval, que idealizó la figura de Roldán como un héroe y la batalla.

Se especula que el ataque vascón, pudo ser una venganza por la destrucción de las murallas de Pamplona, por parte de Carlomagno, durante su campaña. Otra teoría sugiere, que los vascones atacaron a los francos, para recuperar el botín que estos habían obtenido, en el saqueo de Pamplona.

El Cantar de Roldán, escrito en el siglo XI, narra la batalla de Roncesvalles, como un enfrentamiento entre cristianos y musulmanes, idealizando la figura de Roldán y su valentía. El poema mezcla elementos históricos, con elementos ficticios, como la participación de moros en el ataque a los francos, cuando en realidad fueron vascones.

Al paso por el desfiladero de Valcarlos, la retaguardia del ejército franco, con unos 20 000 soldados acaudillados por Roldán, sobrino de Carlomagno, y por el resto de los Doce Pares de Francia, fue desbaratada por unas huestes formadas probablemente, por contingentes de tribus vasconas.

El Cantar de Roldán, contribuyó a la fama de Roncesvalles y a la leyenda de Roldán, convirtiéndolos en símbolos, de la valentía y el honor medieval.

En el libro IV del "Codex Calixtinus, en tiempos de las cruzadas en Tierra Santa y la reconquista de al-Ándalus", se cuenta que Carlomagno ,en siete años conquistó toda la Hispania mora, excepto Zaragoza. La gesta de Roldán en Roncesvalles se relata en el capítulo XXI. 

La obra medieval anónima titulada  "Romance de Roncesvalles" Es un romance tradicional español que cuenta la historia de la batalla de Roncesvalles, donde se destaca la figura de Bernardo del Carpio ,como el héroe que derrota a los francos, liderados por Roldán, sobrino de Carlomagno. 

A Bernardo del Carpio se le cita como uno de los caudillos participantes en la batalla de Roncesvalles del 778, pero este personaje siempre se ha movido, en la fina línea entre realidad y ficción

"Cuéntame una historia, abuela-

-Siglos ha que con gran saña,
por esa negra montaña
asomó un emperador.
Era francés y el vestido
formaba un hermoso juego:
capa de color de fuego
y plumas de azul color.


¿Y qué pedía?
– La corona de León.
Bernardo, el del Carpio, un día
con la gente que traía,
«¡Ven por ella!», le gritó.
De entonces suena en los valles
y dicen los montañeses:
– ¡Mala la hubisteis, franceses,
en esa de Roncesvalles!

– ¿Se acabó la historia, abuela?
– Allí, con fiel de arrogancia,
los doce pares de Francia,
también estaban, también.
Eran altos como cedros,
valientes como leones,
cabalgaban en bridones,
águilas en el correr.


– Sigue contando.
– Salió el mozo leonés,
Bernardo salió, y luchando
a todos los fue matando,
y hubiera matado a cien.
De entonces suena en los valles
y dicen los montañeses:
– ¡Mala la hubisteis, franceses,
en esa de Roncesvalles!.

– Me place la historia, abuela
– Con qué ejército, Dios mío,
de tan grande poderío
llegó Carlo Magno acá.
¡Cuántos soldados! No tiene
más gotas un arroyuelo,
ni más estrellas el cielo,
ni más arenas la mar.
 

  -¿Y qué, triunfaron?
Dios no los quiso ayudar.
El alma les arrancaron
a sus pies los derribaron
como al roble el huracán.
De entonces suena en los valles
y dicen los montañeses:
¡Mala la hubisteis, franceses,
en esa de Roncesvalles!


– Sigue con la historia, abuela.
– Diz que dice un viejo archivo
que nos quedó un francés vivo
después de la horrenda liz.
Y así debió ser, pues vieron
el sol de los horizontes
muchos huesos en los montes
y muchos buitres venir.

-¡Qué gran batalla!
No fue menos el botín:
banderas, cotas de malla
y riquezas y vitualla
se recogieron sin fin.
De entonces suena en los valles
y dicen los montañeses:
¡Mala la hubisteis, franceses,
en esa de Roncesvalles!.–

 ¿Y el emperador, abuela?
– Huyó sin un hombre luego,
la capa color de fuego
rota y sin plumaje azul
Bernardo, el del Carpio,
torna a Castilla tras la guerra
y al poner el pie en su tierra
lo alcanza su multitud.


-¡Qué de alegrías!
– En verlas gozarás tú.
Hubo fiesta muchos días,
tamboriles, chirimías,
y canciones a Jesús.
De entonces suena en los valles
y dicen los montañeses:
– ¡Mala la hubisteis, franceses,
en esa de Roncesvalles!."


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