jueves, 18 de julio de 2024

La trágica historia de Lady Jane, la "reina de los 9 días", ejecutada por traición

Tal día como hoy, 19 de julio de 1553, Juana de Inglaterra, "la reina de los nueve días", es encarcelada en la Torre de Londres; y sería sustituida en el trono, por la reina María I

Juana Grey —más conocida como Lady Jane— es recordada como una víctima inocente, del despiadado juego de poder de su propia familia.

La joven de solo 16 años — una de las mujeres más cultas de su tiempo— no logró sobreponerse, a la ambición de sus más cercanos y, después de un breve período de 9 días reinando Inglaterra, terminó encarcelada y ejecutada en 1554. Su trágica historia ha pasado desapercibida dentro de la compleja trama de la dinastía Tudor, uno de los períodos históricos más populares, de la literatura y la leyenda inglesa.

Para entender la historia de Lady Jane, hay que remontarse al reinado de Enrique VIII, el segundo monarca de la dinastía Tudor, que lideró Inglaterra entre 1509 y 1547. Recién coronado, Enrique VIII se casó con Catalina de Aragón, quien después de un aborto y la muerte de un hijo recién nacido, dio a luz a una niña, llamada María.

Pero el rey quería un hombre, para que lo sucediera en el trono. Y cuando quedó claro que Catalina no podría tener más hijos, su paciencia se agotó y decidió divorciarse. Esto lo llevó a una serie de desavenencias, con la Iglesia Católica, hasta que en 1533 se terminó por quebrar su relación con Roma. Aunque siempre se consideró católico, Enrique VIII, había desencadenado una revolución religiosa, que le abría paso al evangelismo protestante.

Tras divorciarse de Catalina de Aragón, y después de un corto matrimonio, con Ana Bolena - con quien también tuvo una hija, Isabel-, Enrique VIII se casó con Juana Seymour quien, por fin, le dio un hijo varón: Eduardo. Su sucesor, Eduardo -quien pasó a llamarse Eduardo VI-, le sucedió cuando tenía solo 9 años. Por lo mismo, no podía ejercer por sí solo el poder, y se creó un consejo de regencia, formado por dieciséis miembros y presidido por el "Lord protector", Edward Seymour, Duque de Somerset.

Durante la regencia de Seymour  se realizaron una serie de reformas, entre ellas, la de la Iglesia. Así, Eduardo VI ,se convirtió en el primer gobernante inglés protestante. Un par de años más tarde, Seymour sería reemplazado por John Dudley, conde de Warwick Su llegada desató la persecución, del catolicismo en Inglaterra; a los disidentes, incluso, se les encarceló y quemó en la hoguera.

Pero el reinado de Eduardo VI, no duraría demasiado. El joven rey tenía mala salud. Se cree que sufría de una forma congénita, de sífilis o de tuberculosis. En enero de 1553 comenzó a padecer un fuerte resfriado. Y esto le dio tiempo para preparar su propia sucesión.

Y aquí, aparece el nombre de Lady Jane Grey, ferviente protestante, prima de Eduardo VI y muy cercana a él. El rey tuvo que darse cuenta que la única posibilidad de sucesión era una mujer, le gustara o no. Y la única mujer disponible para eso en ese momento era Juana Grey", "La reina olvidada de Inglaterra": 

Su nombre apareció en la línea de sucesión debido a que María Tudor, presunta heredera, medio hermana del rey -e hija de Catalina de Aragón-, era considerada ilegítima y además era católica.

El duque de Northumberland, jugó un rol clave en persuadir al rey, de declarar ilegítima a María, así como a la otra media hermana de Eduardo, Isabel, y alterar la línea de sucesión, para pasar a Juana quien, además, estaba casada con su hijo, el Lord Guildford Dudley.

Finalmente, en julio de 1553, el rey falleció a los 16 años de edad. Sus colaboradores, comenzaron a preparar en secreto, la subida al trono de Juana Grey.  hija de Henry Grey, duque de Suffolk, que había nacido 16 años atrás, en el 1537. Alrededor de los 10 años, ingresó a la casa, de la última esposa de Enrique VIII, Catalina Parr, donde estuvo expuesta, a un ambiente académico  protestante.

Juana se convirtió rápidamente, en una mujer inteligente y piadosa, y tenía mucha aceptación en las esferas de poder, que rodeaban al rey. Así, cuatro días después de la muerte de Eduardo VI, el 10 de julio de 1553, Juana fue proclamada reina, sabiendo muy poco lo que esto, realmente significaba. Su llegada al trono fue transformadora, siendo la primera mujer, en ocupar el trono en Inglaterra.

Sin embargo, lo que el difunto rey y sus asesores no habían calculado, era el amplio apoyo popular que tenía María Tudor y, su ambición de poder.

Cuando María Tudor tuvo la certeza de que su medio hermano iba a morir, partió a Anglia oriental,  donde reunió a numerosos partidarios que, al igual que ella, querían restaurar el catolicismo.

Bastaron un par de días, para que muchos de los partidarios de Juana Grey, la abandonaran. Entre ellos, su propio padre, el duque de Suffolk, quien convenció fácilmente a su hija, de que renunciara a la corona.

María Tudor llegó a reclamar lo que ella, consideraba suyo y el 19 de julio encarceló a Juana en la Torre de Londres, mientras que el duque de Northumberland, su principal aliado, fue ejecutado un mes después. Juana fue acusada de alta traición y usurpadora del trono.

Aunque nunca se dudó, de la inocencia de Juana Grey, su figura decorativa como posible líder de una revuelta protestante, la convirtió en un "peligro inaceptable", para el nuevo régimen. Y aunque durante unos meses, se libró de su ejecución, la rebelión de su padre en contra del matrimonio, de la entonces reina María Tudor y Felipe II de España terminó por sellar su suerte.

De esta manera, la "reina de los 9 días" fue decapitada, junto a su esposo, el 12 de febrero de 1554. Su padre fue también ejecutado dos días después.

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