jueves, 5 de septiembre de 2024

La batalla de Irún en la Guerra Civil Española

Tal día como hoy, 6 de septiembre de 1936, en el marco de la guerra civil española, las tropas franquistas entran en Irún, cerrando a la República Española el acceso a la frontera francesa, por la zona del oeste.

La batalla de Irún fue un combate crucial, en el conjunto de operaciones de la campaña de Guipúzcoa, durante la Guerra Civil Española, antes de que comenzara la ofensiva del Norte.

Después de la golpe de Estado de julio de 1936 y la rendición de los cuarteles de Loyola, Guipúzcoa se había mantenido en su totalidad fiel a la República. No obstante, desde el primer día el general Mola había intentado enviar columnas, para hacerse con el control de la provincia y cortar la comunicación, con la frontera francesa.

Después del fracaso de los sublevados en San Sebastián, la posibilidades de una rápida conquista se esfumaron y ante la falta de tropas, -tanto por parte gubernamental como por parte de Mola  y la situación se estabilizó.

La franja norte que se mantenía fiel al gobierno republicano, quedó geográfica y políticamente aislada del resto de territorio republicano, por lo que las autoridades republicanas de aquella zona, tuvieron que actuar por su cuenta.

Además, era muy difícil, hacer llegar refuerzos de la zona central y máxime en los primeros días de la guerra, que el estado republicano se había desintegrado, entre la rebelión militar y la situación revolucionaria, que estaba teniendo lugar paralelamente.

El hecho decisivo de esta batalla, reside en que al tomar la ciudad guipuzcoana de Irún, se cortaba la vía de comunicación terrestre con Francia, reduciendo en gran medida el suministro de armamento, a la franja norte que se mantenía fiel a la República.

La caída de Irún, supuso un duro golpe para la República, pero especialmente para la zona norte que aún se mantenía fiel, ya que cerró toda comunicación terrestre con Francia y dejó aún más aislada esta zona, de lo que ya se encontraba.

Por ende, también decidió la defensa de San Sebastián, que por su ausencia de defensas naturales, se veía condenada por la caída de Irún, que caería el 12 de septiembre. Sin embargo, tras la caída de la capital, el avance franquista se ralentizó, ante la dura resistencia de los republicanos y el 12 de octubre, Mola ordenó detener todo avance, manteniendo casi toda Guipúzcoa bajo ocupación.  


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