sábado, 26 de septiembre de 2015

Como se inició la Leyenda Negra española.


Tal día como hoy 26 de septiembre de 1591, Antonio Pérez, secretario del rey Felipe II, huye de España

Antonio Pérez del Hierro, que tal vez fuese hijo natural del príncipe de Éboli, se educó en las más prestigiosas Universidades, siendo nombrado en 1553 secretario del futuro rey Felipe II.

Su padre "legal", era Secretario de Estado y al morir heredó su cargo aunque sus competencias fueron recortadas, conspirando para conseguir más poder, lo que hizo que Felipe II comenzara a desconfiar de él.

Durante sus primeros años, ejerció gran influencia sobre el rey que seguía sus consejos y esta confianza real le sirvió, como a la mayoría de sus contemporáneos, para enriquecerse en el cargo.

En 1573, Antonio Pérez pasó a liderar la “facción liberal” de la Corte, asociándose con la princesa de Éboli y por razones desconocidas, intrigó para agravar las tensas relaciones entre Felipe II y su hermano Juan de Austria e hizo ver al rey, como subversivas, las pretensiones de este.

Sin embargo Felipe II, llamó al secretario de don Juan - Juan de Escobedo- para que le explicase la posición de este, y como Antonio Pérez le había apoyado a fin de que espiase a don Juan de Austria, temiendo fuese descubierto su juego, le culpó de las ambiciones del de Austria, aconsejando al rey eliminarlo.

Al parecer, con el visto bueno de Felipe II y y tras dos intentos fallidos de envenenamiento, Antonio Pérez contrató a un grupo de asesinos que acabaron con la vida de Escobedo en una calle de Madrid en 1578.

En parte por su sentimiento de culpabilidad en el asesinato, Felipe II intentó en principio protegerle, pero pronto empezó a desconfiar tanto de él como de la  princesa de Éboli, sospechando un tráfico de secretos de Estado.

El 28 de julio de 1579, Antonio Pérez fue puesto en “libertad vigilada” y la princesa recluida en su palacio de Pastrana, donde estaría el resto de su vida y, en 1585, Pérez fue acusado de tráfico de secretos y corrupción, siendo torturado y condenado a dos años de prisión.

En abril de 1590, escapó de la cárcel y huyó a Zaragoza, donde consiguió la protección de los fueros de Aragón debido a ser de familia aragonesa, pero Felipe II usó entonces a la Inquisición contra él y para ello se le “construyó” un caso de herejía.

Al  ser dejado en libertad en Zaragoza, el rey perdió su paciencia y en octubre de 1591 envió un ejército, que detuvo al Justicia de Aragón, Juan de Lanuza, y le ejecutó de inmediato.

Antonio Pérez escapó entonces a Inglaterra, donde difundió secretos contra España y ayudó a la leyenda negra contra Felipe II,  y tras intentar conseguir el perdón real sin éxito, falleció en París en 1611, abandonado de todos y en la más absoluta pobreza.



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