Tal día como hoy 21 de septiembre del 672, tras morir el rey visigodo Recesvinto, su hijo Wamba es forzado por los nobles a aceptar el trono, pese a rechazar el nombramiento por su avanzada edad.
La elección de Wamba, se produjo en la localidad vallisoletana de Gérticos, donde su padre tenía una villa de descanso y donde los nobles le eligieron el mismo día.
Desde entonces en honor al nuevo rey, esta localidad es conocida como Wamba, siendo el único municipio de España cuyo nombre contiene la letra W, situado en el camino que iba desde Madrid a Santiago de Compostela.
Por iniciativa propia, y para que que su elección no fuera considerada usurpación, exigió ser coronado en Toledo y ungido por el obispo, en la forma legalmente prevista.
Todo su reinado estuvo plagado de conflictos: Luchas de los nobles contra la monarquía, de los nobles entre sí, de los católicos contra los arrianos y de los hispano romanos contra los visigodos, amén de rebeliones de vascones y un intento de invasión norteafrica que rechazó en Algeciras.
Por si fuesen pocos sus problemas, en el 673 surgió una rebelión de nobles en Septimania – sureste de la actual Francia y parte de Cataluña - enviando al duque Paulo para sofocarla, aunque este acabó rebelándose a su vez.
Wamba, que combatía a los vascones, realizó una rápida marcha, reduciendo Tarragona, Barcelona y Narbona, y capturando al duque rebelde y sus seguidores, que en Toledo formaron el cortejo del vencedor, vestidos con harapos, peladas sus cabezas y rapadas las barbas y Paulo, al pretender hacerse rey, se le ciño como mofa a modo de corona, una raspa de pescado sobre su cabeza.
En 680 Wamba se sintió de repente gravemente enfermo y pidió recibir la tonsura eclesiástica, pero en lugar de morir, sanó de forma milagrosa, aunque al ser ya eclesiástico, según los cánones de los concilios toledanos, no pudo volver a ser rey.
Todo esto fue una conjura, dirigida por el obispo de Toledo, junto con otros nobles que narcotizaron al rey una vez ese estado, le tonsuraron y vistieron con hábito de monje obligándole- con engaño- a renunciar a la corona.
Se retiró al monasterio de Monjes Negros en Burgos, actualmente desaparecido, donde murió el 688, siendo traslados sus restos - tras diversas vicisitudes - a la iglesia de Santa Leocadia de Toledo, donde estaban los de su padre, Recesvinto.
Durante la Guerra de la Independencia sus sepulcros fueron profanados por los franceses y en 1845, ambos fueron trasladados a la Catedral de Toledo y depositados en la sacristía, donde permanecen.
Wamba fue el último rey que dio brillantez a los visigodos, comenzando a su muerte, la decadencia.
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