Tal día como hoy 15 de septiembre de 1936, sale de Madrid el primero de los siete trenes que transportaron a Cartagena el oro del Banco de España, luego embarcado para Rusia.
El asunto del “Oro de Moscú” ha sido muy debatido, siendo uno de los temas utilizados contra la República por la propaganda del régimen franquista, como ejemplo de la deshonestidad tanto del gobierno republicano como de la URSS.
El 13 de septiembre de 1936, Azaña y Negrín - Presidente y ministro de Hacienda de la República - ante el avance de las tropas nacionales hacia Madrid, firmaron un decreto, para trasladar el oro a lugar seguro, estimándose que, entonces había en el Banco de España, 5.295 millones de pesetas en oro, lo cual era – en la época – una cantidad astronómica.
El gobierno, tomó la decisión polémica de trasladarlo a Moscú, pues decían que era el único destino posible y aunque existía la alternativa de Suiza, esto significaba que debería atravesar Francia, mientras Moscú presentaba la ventaja de un viaje seguro por mar, entre Cartagena y Odessa, en mercantes rusos.
Así pues, desde julio de 1936 a enero de 1937, comenzó a salir oro de España, en primer lugar al Banco de Francia, por valor de unos 1.500 millones de pesetas y el resto fue trasladado a Cartagena, para ser embarcada destino a Rusia, el 23 de octubre.
Franco contaba con ayuda militar de Alemania e Italia, técnicos cualificados y piezas de recambio, pero la República tenía que enviar a sus agentes, a negociar con “tiburones” del comercio de armas y, con frecuencia, adquirir equipos sobrevalorados y obsoletos, aunque Negrín ha sido acusado siempre de ser un “hombre de paja” de Moscú.
El oro salió en cuatro barcos rusos, dentro de 5.747 cajas precintadas que contenían 700 toneladas de oro y 3.000 de plata, depositadas el 6 de Noviembre de 1936, por el embajador y tres empleados del Banco de España, en “el Depósito de Estado de Metales Preciosos del Comisariado del Pueblo de la URSS”, del que jamás retornó nada, ya que en agosto de 1938, según comunicación soviética; “las reservas de oro estaban ya prácticamente agotadas.”
Numerosos informes demuestran que, en cierto modo, España fue estafada por la Unión Soviética, pues casi todos los historiadores opinan que sólo con el cambio rublo-peseta, Rusia se apropió indebidamente de 50 millones de dolares, pero lo cierto es que el oro desapareció y los soviéticos se limitaron a aclarar que su trabajo era custodiarlo y que siempre se administró por la República y se utilizó como garantía.
Una parte, se usó como pago del armamento recibido y otra para que vivieran republicanos en el exilio, aunque realmente los soviéticos – además de las armas - también facturaron con cargo al oro a precios fijados por ellos; la custodia; el transporte; la fundición de lingotes y cada movimiento y operación, en las que se cometieron muchas irregularidades, pues todas las compras a la URSS se hicieron al contado, a precios exorbitantes y en casi todas las ocasiones no se recibió buen material.
En cualquier caso, es difícil pensar qué otra cosa podía haber hecho la República, sino comprar con el oro armas de la Unión Soviética, aunque es bien cierto que, al ponerse en manos del dictador Stalin, el Gobierno español perdió por completo toda su autonomía financiera.
Cuando en abril de 1939, los funcionarios de la administración franquista entraron en el Banco de España, lo encontraron vacío y sin una sola peseta en sus cámaras.
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