Los usos dictatoriales del general Narváez, presidente del gobierno, extendieron la impopularidad del régimen, así como de la reina Isabel II, que siempre les había apoyado y sumado a la crisis económica, iniciada en 1866, el descontento de la población aumentó.
La muerte de Narváez en 1868, propició el acercamiento a los progresistas del general Prim, que junto al partido demócrata, partidarios del sufragio universal, habían firmado en 1866 el llamado “Pacto de Ostende” por el que se comprometían a derrocar a la reina Isabel II.
Juan Bautista Topete, tomó parte activa en la preparación del movimiento insurreccional, tal vez por su disgusto al saber el nombramiento del nuevo ministro de Marina, el cual rebajó el presupuesto para nuevos buques, lo que significaba que, por irresponsabilidad política, los esfuerzos de los últimos años se venían abajo, al no poder continuar renovando la flota.
Sea como fuere, en septiembre de 1868, Topete junto a Prim, Serrano y otros generales, decidieron pasar a la acción, al sublevar a la flota de Topete el 17 de septiembre, fondeada en Cádiz, firmando la primera proclamación de la Revolución de 1868.
Prim llegó a Cádiz el 18 de septiembre, mientras la escuadra sublevada, secundada por marinos, y el pueblo, intimó a la rendición a la plaza, por lo que el Gobernador militar, ante un enfrentamiento casi inevitable, decidió entregar la ciudad y unirse a los sublevados.
Una vez al mando, Topete envió un buque a las islas Canarias, donde el Gobierno había desterrado a los generales y almirantes que disentían, consiguiendo así un apoyo relevante, pues el general Serrano, duque de la Torre, tomó el mando dirigiendo un manifiesto muy enérgico al país -¡España con honra! - suscrito por todos los dirigentes del pronunciamiento.
Al grito de ¡Viva la soberanía nacional!, la escuadra del Mediterráneo se sumó y con ella muchas guarniciones del sur, con las que Prim formó un ejército, dirigiéndose a Madrid, librando en el camino, en septiembre 1868, la batalla de Alcolea - Córdoba - donde los isabelinos fueron derrotados y esto provocó el triunfo definitivo de la Revolución.
Pero Topete - hombre leal a la Monarquía- no se mostró de acuerdo con el destronamiento de Isabel II, habiendo de ser convencido de que España necesitaba este sacrificio, y solo aceptó unirse a Prim si se nombraba rey al duque de Montpensier, pero este intrigante personaje, se enfrentó en duelo al infante don Enrique de Borbón matándolo y quedó así fuera de la candidatura al trono.
La actuación de Topete, le otorgó gran popularidad en España, siendo recibido en Madrid con vítores y al ser constituido el Gobierno Provisional en 1868, obtuvo la cartera de Marina y fue elegido diputado a las Cortes Constituyentes de 1869.
Mientras, Isabel II huyó a Francia y la que los progresistas vinieron a denominar "La Revolución Gloriosa" había triunfado con gran facilidad en el país.
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