Tal día como hoy 20 de septiembre de 1575, Miguel de Cervantes embarca en Napolés rumbo a España en la galera "Sol", siendo apresado durante el viaje por los corsarios argelinos.
Pasará cinco años en duro cautiverio hasta que el 19 de septiembre de 1580, fue liberado en Argel por los padres trinitarios.
Antes de este episodio, Cervantes había estado al servicio del cardenal Giulio Acquaviva, pero atraído por la vida militar, pronto lo dejó para ocupar plaza de soldado en la compañía del capitán Diego de Urbina.
Ya en la milicia, embarcó en la galera “Marquesa” en octubre de 1571 y participó en la batalla de Lepanto, formando parte de la armada cristiana, dirigida por don Juan de Austria.
Herido en la mano izquierda que le quedó inutilizada – de donde su apodo de “el manco de Lepanto” - tras seis meses de permanencia en un hospital y pese a su invalidez, reanudó la vida militar, tomando parte en las expediciones navales de Navarino, Corfú, Bizerta y Túnez en 1573.
Siempre se mostró orgulloso de haber luchado en Lepanto, que para él fue, como escribió en el prólogo de la segunda parte del Quijote, “la más alta ocasión que vieron los siglos pasados, los presentes, ni esperan ver los venideros”.
Durante su regreso de Nápoles a España, una flotilla turca apresó a Miguel y a su hermano Rodrigo, a la altura de Palamós, en la Costa Brava, siendo llevados a Argel pidiendo quinientos escudos de oro por su libertad.
Su cautiverio de cinco años, dejaría profunda huella en su obra y muy especialmente en sus comedias de ambiente argelino - “Los tratos de Argel y Los baños de Argel” - así como en el cuento del Cautivo, que figura en la primera parte del Quijote.
Durante este tiempo, Cervantes con su fuerte espíritu y motivación, realizó cuatro intentos frustrados de evasión, dos por tierra, y dos por mar, en las cuales siempre quiso asumir la responsabilidad exclusiva de las acciones, por las que recibió severos castigos.
Cinco años después - en mayo de 1580 - llegaron a Argel los padres Trinitarios que se ocupaba de liberar cautivos - incluso cambiándose por ello - y Cervantes fue liberado por el precio de 500 ducados, regresando a Madrid a finales de aquel año.
Crónica sobre la actuación de Cervantes en Lepanto:
“Cuando se reconosció el armada del Turco, en la dicha batalla naval, el dicho Miguel de Cervantes estaba malo y con calentura, y el dicho capitán... y otros muchos amigos suyos le dijeron que, pues estaba enfermo y con calentura, que estuviese quedo abajo en la cámara de la galera; y el dicho Miguel de Cervantes respondió que qué dirían de él, y que no hacía lo que debía, y que más quería morir peleando por Dios y por su rey, que no meterse so cubierta, y que con su salud... Y peleó como valente soldado con los dichos turcos en la dicha batalla en el lugar del esquife, como su capitán lo mandó y le dio orden, con otros soldados. Y acabada la batalla, como el señor don Juan supo y entendió cuán bien lo había hecho y peleado el dicho Miguel de Cervantes, le acrescentó y le dio cuatro ducados más de su paga... De la dicha batalla naval salió herido de dos arcabuzazos en el pecho y en una mano, de que quedó estropeado de la dicha mano.”
Tenía una sola mano, pero con ella, escribió en español, la más brillante obra que vieron los tiempos.
El Ingenioso Hidalgo....gran obra de la literatura española, tal vez en estos tiempos e satélites y computadoras esté un poco olvidado, actitud desafortunada a mi modesto parecer, si entramos, profundizamos en su lectura observamos que los años no pasan en muchas de sus andanzas, siempre será ilustrativo y muy relajante releer en su totalidad, muchas bgracias
ResponderEliminarJosé de Juan Martos
Esa actualidad del Quijote que, efectivamente es cierta, amigo Jose, creo que se debe a que Cervantes fue un profundo conocedor del alma humana y su esencia y por lo tanto, escribía para el hombre eterno, el de su tiempo y el que viniese luego.Hemos cambiado muchas cosas, pero somos incapaces de cambiarnos a nosotros mismos.
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