domingo, 27 de septiembre de 2015

El Alcázar de Toledo, batalla propagandística en la guerra civil

Tal día como hoy 27 de septiembre de 1936, las tropas de la Legión, levantan el cerco al Alcázar de Toledo. 

El asedio del Alcázar fue una batalla altamente simbólica que ocurrió en los comienzos de la Guerra Civil Española y enfrentó a milicianos del Frente Popular con militares sublevados contra la República.

Estos últimos se refugiaron en el Alcázar - academia militar y fabrica de armas - acompañados de sus familias, empezando el asedio el 21 de julio de 1936 hasta el 27 de septiembre, con la llegada del ejército de África. 

Al inicio del conflicto, el Ministerio de Guerra hizo peticiones de munición a la fábrica de armas de Toledo, pero el coronel Moscardó responsable del Alcázar y simpatizante de los rebeldes, rehusó entregarlas, por lo que se enviaron fuerzas contra él provenientes de Madrid.

El Alcázar se convirtió, para ambos bandos, en cuestión moral y por eso el fracaso fue un duro golpe para el gobierno republicano y una inyección de moral para los sublevados. 

Aparte de una fábrica de armas, Toledo carecía de importancia militar para ninguno de los dos bandos, pero aún así el gobierno republicano se obcecó en conquistar el Alcázar con hombres, artillería y armas que podía haber usado mucho más eficazmente, para detener el avance de los sediciosos en el frente. 

No obstante, el Gobierno pensaba que al estar cerca de Madrid y sin ayuda de otros sublevados, su conquista les daría una fácil propaganda. Estaban tan seguros de vencer, que  invitaron  a la prensa para ver su rendición, lo cual al final resultó altamente contraproducente a sus fines.

Mientras, en el bando rebelde, la decisión de Franco de rescatar a los defensores fue muy discutida por los suyos, partidarios de atacar Madrid aprovechando su inadecuada defensa, en lugar de ir en auxilio de los sitiados.

Su ambición política le llevó a convertirse en “el salvador del Alcázar” y jefe indiscutible del levantamiento, al  preferir salvar la vida de los sitiados, consiguiendo dar un gran golpe de efecto propagandístico.

Franco, convirtió la liberación de Toledo en un valioso reclamo publicitario internacional para su causa, en noticiarios que se proyectaron en salas de cine de todo el mundo
 
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