Tal día como hoy 13 de marzo de 1741, comienza la batalla de Cartagena de Indias, en la que Blas de Lezo - cojo, manco y tuerto - con 3.830 hombres derrota a los ingleses con 23.600 combatientes.
El conflicto surgió tras la declaración de guerra inglesa, con la excusa del “incidente de la oreja de Jenkins”, en la que el capitán escocés Robert Jenkins, fue detenido por el guardacostas español del capitán Fandiño para una inspección de carga y al encontrar gran cantidad de contrabando, como escarmiento, Fandiño cortó una oreja al contrabandista diciéndole. “Ve y dile a tu rey que lo mismo le haré si a lo mismo se atreve”.
Sea o no cierta la frase, la Cámara de los Comunes la tomó como una afrenta a su rey, declarando la guerra a España y enviado, la flota más poderosa hasta entonces conocida; con 186 barcos, y 23.600 combatientes, al mando del almirante Vernon .
Las defensas de Cartagena, no pasaban de 3.000 hombres y 600 indios flecheros traídos del interior, y los seis únicos navíos de guerra de los que disponía la ciudad.
La gran flota británica llegó el 13 de marzo y antes de desembarcar, cañoneó durante dieciséis días, la ciudad, tras los cuales los británicos entraron en la bahía, mientras los españoles se atrincheraban en la fortaleza de San Felipe, mientras Vernon - creyendo el triunfo seguro - despachó un correo a Inglaterra dando la noticia de su victoria.
Para atacar la fortaleza por detrás, decidieron rodearla adentrándose en la selva, lo que les supuso el contagio de malaria y la pérdida de cientos de hombres y cuando llegaron, los españoles, defendieron con bravura la única estrecha entrada y lograron causarles unas 1.500 bajas.
La moral de los atacantes bajó y Vernon decidió entonces construir escalas y sorprender a los defensores de noche, pero Blas de Lezo, previendo el ataque, había ordenado cavar un foso en torno a la muralla, con lo que las escalas resultaron cortas, quedando los ingleses desprotegidos, lo que provocó otra masacre en sus filas, y una salida de los españoles causó su huida.
Finalmente, el almirante británico, sin cesar de cañonear, ordenó la retirada tras haber registrado unos 10.000 muertos y 7.500 heridos, mientras por parte española hubo 800 muertos y 1.200 heridos.
Mientras, en Inglaterra, convencidos de la victoria, pusieron en circulación medallas conmemorativas que decían: “Los héroes británicos tomaron Cartagena el 1 de abril de 1741” y “El orgullo español humillado por Vernon”, hasta que el rey Jorge II, avergonzado, las mandó retirar y prohibió a sus cronistas hacer mención alguna del suceso.
Dicen que el almirante Vernon, exclamó mientras se alejaba “God damn you, Lezo!” -¡Que Dios te maldiga Lezo!- , a lo que el español contestó por carta: “Para venir a Cartagena es necesario que el rey de Inglaterra construya otra escuadra mayor, porque ésta sólo ha quedado para conducir carbón de Irlanda a Londres, lo cual les hubiera sido mejor que emprender una conquista que no pueden conseguir.”
Blas de Lezo murió poco después en Cartagena de Indias, por la peste causada por los cuerpos insepultos tras la batalla y, casi nadie en España – como es costumbre - conoce la historia de este héroe.
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