Tal día como hoy, 7 de marzo de 1959, finaliza el Juicio de los aviadores en Cuba.
El Juicio de los aviadores de la Fuerza Aérea de Cuba por crímenes de guerra, tuvo lugar en Santiago de Cuba en febrero y marzo de 1959, contra 43 de sus miembros, pocas semanas después, de que el presidente cubano Fulgencio Batista, hubiera huido del país y Fidel Castro, al frente de la Revolución cubana, se hubiera apoderado a la fuerza.
Luego de que Fulgencio Batista huyera del país, con los principales representantes de su gobierno, en la mañana del 1 de enero de 1959, las fuerzas armadas cubanas, se rindieron sin luchar ante el ejército rebelde, comandado por Fidel Castro.
Castro y el Movimiento 26 de Julio que encabezó, había asegurado previamente a los soldados, la impunidad por seguir órdenes militares, en la guerra de guerrillas y anunció que después de que asumieran el poder, solo castigarían a los criminales de guerra, condenados de acuerdo con un conjunto de reglas, anunciadas por el ejército rebelde en 1958.
En su marcha triunfal, desde Santiago de Cuba a la capital La Habana, conocida como la “Caravana de la Libertad”, en la primera semana de 1959, Castro se reunió en Camagüey el 4 de enero para conversar, con pilotos de la Fuerza Aérea de Cuba y les aseguró que no tenían nada que temer, de la justicia revolucionaria. También les ofreció trabajo, en la aerolínea estatal Cubana de Aviación. En un discurso público el mismo día, dijo que quería "bombardear la Sierra Maestra con regalos" con ellos.
Unas semanas más tarde, sin embargo, hizo arrestar a 43 miembros de la aviación bajo la acusación de haber cometido los crímenes de guerra más graves, en el curso de la guerra de guerrillas. Desde los primeros días de la toma del poder, los revolucionarios habían ejecutado, a decenas de miembros de las fuerzas armadas y de la policía, así como a presuntos simpatizantes civiles, del antiguo gobierno de Batista, en su mayoría después de los llamados tribunales revolucionarios, en muchos casos sin ningún juicio.
Del 13 de febrero al 2 de marzo de 1959, tuvo lugar en Santiago de Cuba, el primer juicio contra los miembros de la Fuerza Aérea de Cuba, ante un tribunal revolucionario designado por Fidel Castro, en la provincia de Oriente, como máxima corte marcial. Los cargos incluyeron genocidio, asesinato y varios otros delitos, que involucraron a más de 600 personas, bajo el mando de Fulgencio Batista. La realización de incursiones aéreas, en zonas pobladas del oriente de Cuba, en la segunda mitad de 1958. Estas incursiones aéreas, habían causado un total de 8 muertos civiles.
El sentimiento hostil hacia los acusados, prevaleció en los medios locales: El primer día del juicio, apareció en un lugar destacado, un reportaje titulado “Sagua, la lídice cubana” en un diario de Santiago, en el que el pequeño pueblo, que había sido atacada por ataques aéreos durante la guerra, Sagua de Tánamo, fue comparada con el pueblo checo involucrado en un grave crimen de guerra, cometido por las tropas alemanas en la Segunda Guerra Mundial, con cientos de víctimas asesinadas, fue completamente destruida.
Después de extensas audiencias de testigos, no pudiera encontrar ninguna prueba sólida de los cargos presentados, su presidente, de acuerdo con los dos asesores, absolvió a los acusados de todos los cargos el 2 de marzo y ordenó, su liberación inmediata. No fue posible establecer la existencia de genocidio o asesinato, ni refutar el argumento de la defensa, de que los rebeldes estaban presentes en los pueblos atacados, convirtiéndolos en objetivos legítimos.
El 3 de marzo, Fidel Castro, declaró inválida la sentencia. Lo describió como un:"grave error que no se debe permitir" "para absolver a estos miembros criminales de la Fuerza Aérea". “Sería el colmo de la locura, de un pueblo y de una revolución liberar a los que han demostrado ser los más cobardes asesinos y servidores de la tiranía.” Castro continuó diciendo, que los tribunales revolucionarios no necesitaban más evidencias El 7 de marzo de 1959 finaliza el Juicio de los aviadores en Cuba.
Castro incumplió, sorprendentemente las leyes penales que había decretado previamente y ordenó un segundo juicio, que terminó con la imposición de largas penas de prisión, sin nuevas pruebas. El evento contrastó marcadamente, con el principio del estado de derecho, que Castro había defendido como objetivo, de su movimiento revolucionario desde 1953, y como un ejemplo destacado, de justicia política en el país y en el extranjero proporcionó, una de las primeras reacciones negativas importantes, contra la joven Revolución cubana y hacia su líder, que evidenció muy pronto, la forma de la dictadura que impondría .
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