Tal día como hoy, 16 de enero de 1556, el Rey Carlos I de España y V de Alemania cedía a su hijo Felipe II la Corona de Castilla y Aragón. Se trata de la primera renuncia al trono de un monarca español.
La decisión del Rey Carlos I de España y V de Alemania, tiene lugar en una etapa de su vida de profunda reflexión, provocada principalmente por la muerte de su madre, la Reina Juana "la Loca". La noticia encontró al monarca, enfermo por la gota y muy envejecido.
Todos los grandes protagonistas, que junto al Rey Carlos I de España y V de Alemania habían trazado la escena europea, en la primera mitad del S. XVI habían fallecido. El Rey Enrique VIII de Inglaterra, Francisco I de Francia, Martín Lutero, Erasmo de Róterdam, el Papa Paulo III…
Aquella realidad, hizo que el Emperador español comenzase a tener conciencia, de que Europa vivía un nuevo escenario con nuevos protagonistas, también que su concepción del Imperio español, ya era el pasado y que España era una potencia hegemónica, que necesitaba de un cambio de aires. Por todo ello, el Rey Carlos I de España y V de Alemania decidió, renunciar a sus títulos.
Finalmente, el 12 de abril de 1555, Juana falleció y todo el mecanismo de la abdicación se puso en marcha. Primero Carlos se dedicó, a intentar alcanzar esa paz de compromiso en el imperio, con la cuestión religiosa y, tras haberlo logrado, inició en el mes de octubre de ese mismo año, las llamadas Abdicaciones de Bruselas.
Durante varios meses, convocó diferentes actos solemnes en la ciudad belga en los que, uno a uno, fue abdicando de sus derechos en los distintos Estados, que llevaba gobernando desde hacía casi cuarenta años. Y fue el 16 de enero de 1556, cuando estaban a punto de cumplirse cuatro décadas, de la muerte de su abuelo Fernando "el Católico" y su propio acceso al trono, cuando abdicó en su hijo, para que este se convirtiera en Felipe II de Castilla y Felipe I de Aragón.
Mientras tanto, y consciente de que la Paz de Augsburgo era muy frágil y que el Sacro Imperio Romano Germánico, iba a ser muy difícil de solventar, el título imperial no le fue concedido a su hijo Felipe, sino que se lo dio a su hermano Fernando, separando así el linaje de los Habsburgo, en dos líneas principales, la hispánica y la austriaca, durando esta última hasta 1918 en pleno siglo XX.
Previamente a las abdicaciones, Carlos había cedido a Felipe en 1555, la dignidad de Gran Maestre de la Orden del Toisón de Oro.
Tras su abdicación, el Rey Carlos I de España y V de Alemania, regresó nuevamente a España, lo hizo para retirarse de la vida pública en el monasterio de Yuste, lugar en el que falleció el 21 de septiembre de 1558, a causa del paludismo y la gota.
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