martes, 14 de enero de 2025

El efímero reinado del rey de España, Luis I "el Bien Amado"

Tal día como hoy, 15 de enero de 1724, Luis I era proclamado Rey de España, tras la inesperada abdicación de su padre Felipe V. De esta forma se iniciaba el reinado más breve, de la historia de España.

Conocido como "el Bien Amado" y "el Liberal’" Luis I era el primogénito del Rey Felipe V y la Reina María Luisa de Saboya. El 7 de abril de 1709m fue jurado como Príncipe de Asturias ante las Cortes, en el monasterio de San Jerónimo de Madrid. 

Entre 1717 y 1720 fue educado y preparado por el Marqués de Riscal de Alegre,  Baltasar Hurtado de Amézaga Unzaga, para ser Rey, cargo al que accedió el 15 de enero de 1724, tras la inesperada abdicación del Rey Felipe V.

Luis en 1722, se casó con Luisa Isabel de Orleans, hija del regente de Francia, mujer sin apenas educación y con la personalidad, de una niña caprichosa y extravagante, como demostraba el hecho de jugar desnuda, en los jardines de palacio y su pereza y desaseo.

Con diecisiete años, el Príncipe de Asturias era un inexperto para reinar y tenía ya bastantes preocupaciones, con contener a su extravagante esposa, pese a lo cual el 9 de febrero de 1724, Luis I fue proclamado Rey, dando inicio al reinado más corto en la historia de España.

El pueblo, dio la bienvenida con entusiasmo a este joven, al que dieron el apelativo del “Bien amado” que las crónicas presentan como; “afectuoso y franco en su trato, sin amenguar por esto su continente grave y digno; y se le reconocía capacidad y aplicación en el estudio de las ciencias y las artes”.

Buscando reivindicar su poder, Luis se rodeó de tutores alejados de la influencia de los anterior Reyes, dando un giro a la política exterior del reino, que se tradujo en más medios para América y  menos para la recuperación, de las posesiones italianas y en un descenso, en la influencia francesa en la Corte.

Su reinado estuvo marcado, por la creciente locura de Luisa Isabel, hasta que finalmente, el Rey ordenó el encierro de su esposa en el Palacio Real. El hartazgo tuvo lugar tras una recepción pública, en la que la soberana se desnudó y empleó su vestido, para limpiar los cristales del salón.

El encierro de casi dos semanas hizo recapacitar a la joven, que envió cartas a Luis pidiéndole perdón y este quedó patente, cuando ambos enfermaron de viruela, a mediados de agosto y aunque Luisa Isabel sobrevivió a la enfermedad, permaneció al lado de su marido, hasta el último suspiro de este, el 31 de agosto de 1724, en que terminó el reinado de Luis I.

La Corona, reservaba pocas expectativas para las reinas viudas y Felipe V devolvió a Francia a la joven, como quien descambia un aparato defectuoso en la tienda de electrodomésticos.

En el testamento de Luis, este nombraba a su padre como heredero universal, lo que contravenía los términos de la abdicación de Felipe V, que especificaba que de morir sin herederos, la Corona pasaría a su siguiente hijo, Fernando, de once años.

Su reinado, el más efímero de la historia de España, fue intranscendente. A pesar de ostentar el título de monarca, nunca llegó a reinar de manera efectiva, tan solo se ocupaba de acudir a fiestas, con su círculo más cercano.

El poder real, descansaba en manos de un gabinete de gobierno instituido por su padre, el Rey Felipe V, quien continuaba influyendo en la política del Reino, desde su retiro en el Real Sitio de la Granja de San Ildefonso.

Luis I de España falleció de forma prematura el 31 de agosto de 1724 a causa de la viruela. Lo hizo 229 días después de ser proclamado Rey de España. Su muerte sin descendencia obligó a su padre, el Rey Felipe V, a volver al trono. Se iniciaba así la segunda etapa de su reinado, esta vez hasta el fin de sus días.


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