Cor fue un fraile escocés al que se le atribuye la creación del primer whisky de la historia, al recibir ese día del rey Jacobo IV de Escocia, la concesión de ocho boles de malta – unos 1.200 litros - para fabricar lo que denominaba "aqua vitae".
No existe noticia anterior de cuando se destiló whisky por primera vez en Escocia, pero debió haber conocimiento previo de su producción ya que alquimistas árabes describían el proceso de destilación en escritos del siglo X.
Fueron los Celtas quienes sabían como destilar cebada y centeno, siendo el brebaje considerado como “un regalo de sus Dioses que revivía a los muertos y calentaba durante el crudo invierno”.
En gaélico, al whisky se lo llama “Agua de Vida” y se introdujo a la población en general como medicina y como “el único antídoto conocido contra la pena” consumiéndose en grandes cantidades en los funerales.
Con el tiempo, beber y brindar se hizo popular y tanto los políticos como la iglesia - siempre tan preocupados ambos por la gente - quisieron controlar tales hábitos por lo que en 1579 se promulgó una ley que prohibía beberlo los domingos.
Pronto el parlamento advirtió, que el negocio del destilado había pasado a la clandestinidad y que la fabricación de whisky ilegal había aumentado considerablemente, por lo que las autoridades inglesas crearon recaudadores de impuestos, para controlar y cobrar comisiones por la venta de alcohol.
Esta decisión no gustó a los escoceses y provocó la llamada “revolución del whisky”, abortada con el envío de tropas inglesas, hasta que en 1823 fueron permitidas lo cual redujo el comercio ilegal.
Hay quien opina que la bebida se fabricó por primera vez en China a finales del siglo XIII, buscando un medicamento para curar la peste bubónica y luego mejorada en Escocia.
El poeta Robert Burns, humilde campesino escocés, al que se considera pionero del movimiento romántico, escribió en 1786, “¡libertad y whisky van de la mano!”.
Hoy en dia, John Cor, es una afamada marca de whisky.
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