Tal día como hoy 6 de abril de 1917, tras el hundimiento del transatlántico estadounidense Housatonic por un submarino alemán y otros cuatro buques mercantes estadounidenses, el presidente Wilson compareció ante el Congreso y pidió una declaración de guerra de contra Alemania y en este día Estados Unidos declaró formalmente la guerra a Alemania y entró en la Primera Guerra Mundial.
El camino rumbo a la guerra había comenzado poco más de dos meses antes, cuando el gobierno imperial alemán decidió reanudar su política bélica de ataques submarinos sin restricciones en las aguas costeras de los alrededores de las Islas Británicas.
Durante dos años y medio, el entonces presidente de EE.UU., Woodrow Wilson, había conseguido tejer un delicado equilibrio político para mantener al país fuera del conflicto europeo, a menudo enfrentando una intensa oposición política interna.
La neutralidad se convirtió en el lema de Wilson y en el eje de los tratos del país con Europa. Para disgusto de muchos críticos, entre ellos prominentes republicanos como el expresidente Theodore Roosevelt, EE.UU. se convirtió en una nación neutral "tanto en pensamiento como en acción". "Nos mantuvo fuera de la guerra"
El ejemplo más prominente sucedió en mayo de 1915, cuando un barco británico de pasajeros llamado RMS Lusitania fue torpedeado por un submarino alemán de la costa sur de Irlanda. Casi 1.200 personas murieron, incluyendo 128 estadounidenses.
Mientras crecían las protestas internas exigiendo la intervención, en septiembre de 1915, Wilson consiguió que el gobierno alemán ordenara no hundir más buques de pasajeros sin previo aviso. De esta forma, Wilson mantuvo una suerte de cautela vigilante. Incluso, al año siguiente su campaña presidencial para la reelección tuvo como lema: "Nos mantuvo fuera de la guerra".
El 31 de enero de 1917, en un discurso ante el Senado, instó a los legisladores a que, cuando terminara el conflicto en Europa, lo ayudaran a forjar los "fundamentos de la paz entre las naciones". Una semana después de ese discurso, el embajador alemán en Washington D.C., Johann Heinrich von Bernstorff, llamó al secretario de Estado, Robert Lansing.
Von Bernstorff tenía consigo una carta en la que Alemania declaraba la reanudación de su política de ataques submarinos sin restricciones. Primero se rompieron los lazos diplomáticos. Luego se intentó un punto intermedio que Wilson calificó de "neutralidad armada". Pero el tema no terminó allí.
Un telegrama enviado a México de parte del ministro alemán de Relaciones Exteriores, Arthur Zimmerman, se filtró a la prensa y enfureció a la opinión pública. La propuesta de Zimmerman, tenía un mensaje directo: "Hagamos la guerra juntos, hagamos la paz juntos".
En concreto, Berlín le ofrecía a México un generoso apoyo financiero para entrar en guerra con Estados Unidos y recuperar los territorios de Texas, Arizona y Nuevo México, conquistados en el siglo XIX por su poderoso vecino del norte.
El 2 abril Wilson habló ante el Congreso. Con un profundo sentido del paso solemne y trágico que estaba tomando, dijo a los parlamentarios que debían considerar las acciones alemanas como una declaración de guerra contra el gobierno y el pueblo de Estados Unidos. La neutralidad armada había resultado ineficaz, pues era imposible de instrumentar para defender a los barcos contra los ataques de submarinos alemanes.
Dos días más tarde el Senado votó a
favor de la resolución de Wilson y otros dos días después fue
aprobado por la Cámara de Representantes. Fue así que el 6 de abril
de 1917, el presidente firmó su declaración oficial. Estados Unidos
entraba en la Primera Guerra Mundial.
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