Tal día como hoy, 24 de noviembre de 1505, un año después del fallecimiento de Isabel ‘la Católica’, se producía la firma de la Concordia de Salamanca, un acuerdo histórico mediante el cual, Fernando ‘el Católico’ pasaba a ser regente de Castilla, mientras que su hija Juana y Felipe ‘el Hermoso,’ eran proclamados Reyes.
La Concordia de Salamanca, fue un acuerdo de 1505 entre Fernando el Católico, Juana I de Castilla y Felipe el Hermoso, que estipulaba que Fernando sería el gobernador de Castilla, mientras que los dos segundos serían reyes. Este pacto fue un intento de establecer un marco de gobierno, tras la muerte de Isabel la Católica y precedió a la posterior, Concordia de Villafáfila.
El acuerdo tuvo lugar un año después, de que Fernando ‘el Católico’, acogiéndose a la última voluntad de Isabel I, proclamase a su hija Juana, como Reina de Castilla y tomase las riendas del Reino de Castilla mientras Juana y su esposo Felipe permanecían, en Flandes. Esta situación nunca fue aceptada por Felipe ‘el Hermoso’, quien planteó el problema de la sucesión en Castilla, al no estar dispuesto a renunciar al poder.
En 1505 se acordó en la Concordia de Salamanca, el gobierno conjunto de Felipe, Fernando y Juana. El acuerdo fue firmado por Fernando ‘el Católico’ y Filiberto, señor de Veyré y plenipotenciario, de Felipe de Habsburgo y Juana de Castilla, en la ciudad de Salamanca.
Este reconocía, que Juana y Felipe serían proclamados Reyes al llegar a la península, mientras que Fernando ‘el Católico’,era nombrado gobernador perpetuo. Además, el pacto implicaba, la repartición de los maestrazgos y las rentas reales.
Aparentemente, el acuerdo sentaba las bases de una nueva gobernabilidad, aunque el final de las tiranteces era solamente teórico. Felipe el Hermoso, no se conformó con lo plasmado en el acuerdo y se apresuró a embarcarse, junto a su esposa desde Flandes en pleno invierno, el 10 de enero de 1506, pero las inclemencias hicieron, que tuvieran que permanecer en Inglaterra, hasta finales de abril.
Cuando los nuevos reyes desembarcaron en La Coruña, el 26 de abril, donde fueron recibidos por la mayoría de nobles castellanos, algunos partidarios del Rey Católico, trataron de convencer a este, de que no permitiera la entrada de Felipe en los reinos.
Al mismo tiempo, se puso de manifiesto, que Felipe no tenía intención de respetar lo establecido en Salamanca, ya que estaba disconforme con la distribución de las rentas, de los maestrazgos y de que Fernando, siguiera utilizando el título de rey.
El primer encuentro, entre Fernando y Felipe en la Corona de Castilla y León se dio en la localidad sanabresa de Remesal el 20 de junio, donde Fernando el Católico, prometió renunciar al trono castellano y leonés.
Finalmente, esta posición fue ratificada días más tarde, en las capitulaciones de Benavente y Villafáfila de los días 27 y 28 de Junio.
El acuerdo sentaba las bases, de una nueva gobernabilidad en Castilla. Sin embargo, este pacto nunca llegó a zanjar la disputa. No obstante sí lo hizo, la repentina muerte de Felipe ‘el Hermoso’, en septiembre de 1506.


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